'Polilla'
Jorge Polilla da Silva jugó ayer su último partido con el Atlétíco. La moda en el fútbol español resulta tan cambiante que un traje de lujo, y comprado a precio de lujo hace dos años -casi 80 millones de pesetas-, pasa a ser inservible en apenas unos meses.A últimos de abril del año pasado, Vicente Calderón, el fallecido ex presidente del Atlético, convirtió en un asunto de estado la alineación de Da Silva en la final de la Recopa que el Atlético disputaba en Lyón ante el Dinamo de Kiev. Polilla estaba concentrado con la selección uruguaya en Colombia, por el Mundial de México.
Y Calderón aprovechó la final de Copa que el Barcelona y el Zaragoza disputaban en el Manzanares para pedirle al presidente del Gobierno español, Felipe González, que intercediera cerca de su colega uruguayo, Julio María Sanguinetti, de visita en España y presente en el palco, para que se permitiera el desplazamiento de Da Silva a Lyón.
Y el delantero uruguayo llegó a tiempo para participar en la derrota del Atlético tras un apresurado viaje desde Bogotá, vía Río de Janeiro y París. Catorce meses después nadie cuenta con Da Silva. El anterior presidente fichó al brasilefío Alemáo y el nuevo se ha sacado de su chistera millonaria al portugués Futre. Con Da Silva sólo cuenta el contrato que tiene en vigor por un año más.
Polilla puede quedarse en el armario, sin usar, pero tiene claro que no le conviene ahora un traspaso un año antes de tener la libertad; es decir, que o mucho cambia la situación, el Atlético no va a catar un duro por la venta de su traje en las rebajas.
