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"Todo buen diseñador es también un oportunista", dice el grafista Milton Glaser

El autor del lema 'I love NY' no quiere ser recordado por ello

"Todo buen diseñador es también un oportunista", afirmó Milton Glaser, uno de los diseñadores gráficos e ilustradores más famosos del mundo por sus creaciones a lo largo de 30 años, entre las que hay innumerables ilustraciones para revistas, libros, discos y anuncios, y por sus diseños de alfabetos, maquetas de diarios y revistas, tiendas y restaurantes; es también autor de la famosa marca I love NY, originariamente creada para la ciudad de Nueva York y universalmente imitada, aunque no querría ser recordado sólo por ello.

Milton Glaser, de 58 años y natural de Nueva York, pronunció hace unos días una conferencia en el Instituto de Estudios Norteamericanos titulada Influencia, imitación y plagio. En ella se refirió a los matices existentes entre los tres conceptos, y habló de sus fuentes de influencias y obras imitativas, así como de las ocasiones en las que su propia obra ha sido objeto de imitación -por la que se felicita- o de plagio, que condena enérgicamente."Mis propias influencias como diseñador son más europeas y orientales que norteamericanas", dijo Glaser a este diario antes de la conferencia; "aunque yo empecé a dibujar motivado por algo tan norteamericano como el ratón Mickey, las influencias que me han movido despues como diseñador son muy amplias y puedo mencionar desde las pinturas de Mantegna o Giorgione hasta los libros japoneses tallados en madera, las acuarelas chinas, la pintura islámica, la obra de los superrealistas o los constructivistas rusos y, naturalmente también cosas sacadas de la literatura, de los dichos y de las imágenes y palabras de la vida cotidiana".

"A nivel de artistas y obras de arte, la obra que más me ha influido por sí sola es una serie de toros de Picasso, que, partiendo de utia imagen realista, evoluciona hasta la abstracción total", afirmó Glaser.

Imitación y plagio

"Tanto la influencia como la imitación son conúntiaciones de la idea original y, en este aspecto, pueden considerarse celebraciones de esa idea; en el plagio, en cambio, la fuente siempre se intenta ocultar; el plagio no tiene energía propia y, aunque no se pueda reconocer de dónde fue robado, se nota que es algo robado", explicó Glaser."No obstante", dijo, "yo creo que un buen diseñador debe ser oportunista porque debe aprovechar los estímulos vengan de donde vengan y porque debe tener en cuenta en todo momento qué es lo que quieren los receptores de su trabajo".

Milton Glaser considera que "en diseño, el contexto en el que ha de inscribirse lo diseñado es fundamental, como también es fundamental el público; una vez considerado esto, todo diseño se basa en la resolución de un problema". "En este aspecto", dijo el diseñador, "le concedo impor tancia a la utilidad del diseño. La utilidad es el objetivo del diseño, lo que sucede es que hay varias clases de utilidad, utilidad psicológica, emocional, estética, física... por ejemplo, en varías ocasiones he ayudado a diseñar restaurantes y en un caso, el del Aurora, de Nueva York, lo diseñé todo, desde los cubiertos, alfombras, lámparas, mesas y manteles, hasta las paredes; pues bien ¿por qué la gente come más a gusto en una habitación rosa que en una gris? Es así y el diseñador debe ser receptivo a todo esto".

Uno de los aspectos más significativos. de la polifacética carrera de Milton Glaser ha sido su trabajo de diseño y rediseño de diarios y revistas de Europa y los EE UU y durante su estancia en Barcelona tuvo contactos con el diario La Vanguardia para realizar un estudio sobre la maqueta de dicho diario.

"En los periódicos", dice Glaser, "lo importante es la claridad, hacer llegar claramente las palabras y las imágenes a un público específico. En este terreno, mi trabajo más dificil fue el rediseño del Washington Post, pues había el problema de que hacía falta rediseñarlo por completo sin que lo pareciera demasiado; además había demasiada gente que tenía. algo que decir sobre el proyecto y condicionaba mi trabajo".

Glaser ha realizado el diseño o el rediseño de las maquetas de algunos de los diarios y revistas más importantes del mundo occidental, como los norteamericanos The Washington Post (en colaboración con Waltér Bernard), The Village Voice, Esquire, The Nation, entre otros, además de las revistas francesas Paris Match, L'Express y Jardin des Modes y la italiana L'Europeo. Su relación con la prensa no se limita al diseño. Glaser fue el fundador de las revistas neoyorquinas Push Pin Graphic Magazine y New York Magazine, de la que fue presidente y director de diseño entre 1968 y 1977.

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