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La batalla por el control de la Unesco / 1

EE UU apoya a un paquistaní como sucesor de M'Bow

Lluís Bassets

Los primeros movimientos de la batalla diplomática y política para designar a un nuevo director general de la Unesco, que deberá sustituir en octubre al senegalés Amadou Malitar M'Bow, han permitido ya conocer algunos nombres que parecen contar con posibilidades para ocupar la máxima responsabilidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. El bloque de países, encabezado por Estados Unidos, que ha desarrollado una política más hostil al actual director general, ha mostrado ya sus preferencias por el candidato presentado por el Gobierno paquistaní, el general Yaqub Jan , ex embajador y actualmente ministro de Asuntos Exteriores.

La elección del nuevo director general presenta, dada la actual crisis de la Unesco, grandes dificultades, que pueden llevar perfectamente a un callejón sin salida.Entre los nombres con posibilidades de lograr un consenso se cuenta también el del ex ministro de Educación español Federico Mayor Zaragoza, que ha sido director adjunto de la organización durante tres años y medio.

En las listas de candidatos que circulan por las delegaciones dé la Unesco figuran, entre muchos otros, dos paquistaníes más: el premio Nobel de Física Abdul Salaril y el ex director de la Oficina de Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas Sadrudin Agá Jan; el ministro de Estado de Asuntos Exteriores egipcio, Butros Gali; el ministro de Asuntos Exteriores uruguayo, Enrique Iglesias; el ex primer ministro francés Pierre Mauroy y su compatriota el ex titular de Exteriores Michel Johert, y el portugués Vitor Sá Machado, presentado por el Gobierno socialdemócrata de Lisboa como alternativa proóccidental a M'Bow, pero que no cuenta con ningún apoyo entre los propios países occidentales.

Profunda crisis

La elección del nuevo director general en octubre será la ocasión para resolver la profunda crisis de la organización, desencadenada a partir de las discrepancias con la gestión del actual director general que llevaron a la retirada de Estados Unidos, el Reino Unido y Singapur, a una reducción drástica del presupuesto y a la lesión del principio de la universalidad, uno de los fundacionales de la Unesco.

La posición norteamericana quedó expresada por la lapidaria fórmula utilizada por el embajador de EE UU en el momento de la ruptura: "Los que pagan la cuenta no tienen votos, y los que tienen votos no pagan la cuenta". Después del abandono de la organización, el subsecretario norteamericano de Organizaciones no Gubernamentales, Alan Keys, elaboró un proyecto de sustitución de la Unesco por un conjunto de fundaciones especializadas alimentadas por contribuciones voluntarias, en las que el poder estaría en manos de quienes realizaran las contribuciones económicas más importantes.

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Los países del frente antiM'Bow desearían que el nuevo director general fuera una persona de cultura anglosajona, capaz de realizar una reforma drástica de la actual burocracia. "Los hábitos de trabajo latinos deben ser sustituidos por la eficacia anglosajona en una administración mucho más reducida que la actual", manifestaba un embajador en una conversación privada.

Algunos Gobiernos desearían, incluso, que cambiara la lengua de trabajo del gabinete del director general, cosa que sólo sucedería si por primera vez éste no fuera una persona francófona.

A pesar de las posiciones más radicales, que quisieran ir hacia la sustitución de la Unesco por fundaciones de ámbito regional o especializado, están abriéndose paso fórmulas de compromiso,, como es la sustitución de una parte de la cuota de los grandes contribuyentes (como era el caso de EE UU antes de su retirada) por aportaciones de fundaciones privadas, dirigidas a fines específicos y con seguimiento de las inversiones a cargo de los donantes.

Todo ello lleva a pensar que la elección del nuevo director general deberá suponer el compromiso entre una cierta continuidad de las actuales estructuras, exigida por los países del Tercer Mundo, y una reforma capaz de permitir la reincorporación de Estados Unidos y Reino Unido. "La Unesco necesita preservar su integridad y recuperar su universalidad", según palabras del candidato oficioso español, Federico Mayor Zaragoza.

Hegemonía francófona

La Unión Soviética y los países de su bloque plantean la sucesión de M'Bow dentro de la actual política de distensión protagonizada por Mijail Gorbachov, y desean apoyar a un candidato conservador y prooccidental que garantice la supervivencia de la organización y el retorno de Estados Unidos.

Para Francia, el país que alberga la sede centraI de la Unesco, es imprescindible que el director general sea una persona que conozca la lengua y esté familiarizada con la cultura francesa. El diario conservador francés Le Figaro, que defiende posiciones ultraliberales, ha subrayado la importancia que tiene la Unesco para Francia, pues es uno de los pocos organismos internacionales donde todavía se conserva la hegemonía francófona frente a la preponderancia anglosajona.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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