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'Documentos TV' emite un programa sobre Suráfrica

La mordaza impuesta por el Gobierno racista de Pretoria (Suráfrica) a los medios de comunicación del país -acusados de alimentar un "clima revolucionario" y sometidos desde el pasado día 11 de diciembre a una censura aún más estricta- no ha podido impedir que las detenciones, las torturas y los 1.300 muertos a lo largo de 1986 entre la población negra de Suráfrica trasciendan las fronteras del país. Una periodista norteamericana, Sharom I. Sopher, logró el pasado año colarse con su cámara en ciudades surafricanas donde el régimen presidido por Pieter Botha tiene prohibido cualquier rodaje. El resultado es el documental Testigos del apartheid, que Documentos TV emite hoy.

Testigos del apartheid, que combina el reportaje gráfico con la entrevista, se centra en las luchas de la población negra por la consecución de«los derechos civiles, y en su correlato: las medidas represivas del Gobierno racista de Botha. Pero es la joven generación de negros surafricanos, nacidos y crecidos en un clima de tremenda violencia (las primeras leyes sobre el apartheid fueron promulgadas en 1948), la que centra el interés del documental de Sopher y de su colaborador K. Harris.Johnny Mashiana, uno de los entrevistados, rememora vívidamente las torturas sufridas durante su detención. Mashiana representa a esa generación de jóvenes negros, marcados por el desaliento y la desesperanza, que rechaza la idea de resistencia pacífica y que está dispuesta a llegar hasta el final, recurriendo al único lenguaje que cree puede entender el Gobierno de Botha: la violencia.

En otra de las entrevistas (a las que algún periodista norteamericano ha criticado de estar demasiado mediatizadas por las respuestas que Sopher espera obtener), el arzobispo Desmond Tutu redunda sobre el tema. "Tenemos", afirma, "una nueva raza de jóvenes. Muchos de ellos creen que van a morir, y lo más horroroso es que les da igual".

Nadie parece tener en Suráfrica demasiadas esperanzas de reconciliáción. El documental exhibe la ferocidad de cierta parte de la población blanca (como la de esa mujer que espera una purificadora matanza de negros), pero también el debate de otra parte de esta población entre la culpabilidad y la alianza con los negros.

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