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LA GESTIÓN DE LA AUTONOMÍA GALLEGA

Las peregrinas aventuras empresariales

La actividad empresarial de la Xunta de Galicia ha sido también algo más que criticable. La última operación ha sido la compra por 180 millones de pesetas de un lote de acciones de la familia Outeriño -propietaria del periódico La Región, de Orense- de la estación invernal de Cabeza de Manzaneda. La familia Outeriño poseía el 47% del capital en esta estación invernal, quedando el resto en manos de dos sociedades públicas: Sodiga y Suelo Industrial de Galicia. E' Banco de Bilbao se retiró hace tiempo de esta sociedad, que sólo generaba pérdidas, ya que nieva muy pocos días al año en esta estación invernal.Lo sorprendente de esta operación de la Xunta es que haya aceptado ahora desembolsar 180 millones de pesetas, cuando hace unos años, tras revisar las cuentas de la citada sociedad, el entonces conselleiro de. Economía, Carlos Mella, rechazó una oferta de la familia Outeriño para que la Xunta les comprase acciones por 40 millones de pesetas. Varios diputados de distintos grupos parlamentarios, incluido el propio Carlos Mella, se están preguntando todavía las razones de esta sorprendente operación.

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Los fondos del Fomento de Empleo -varios cientos de millones de pesetas- han servido a la Xunta para tener en sus manos el 50% del capital social de una cadena privada de radio, Noroeste Radiodifusión, a la que previamente había concedido emisoras de frecuencia modulada en Estrada, Lalín, Ponteareas y Verín. Ninguno de los socios de Noroeste Radiodifusión se encontraba en paro en el momento de recibir la subvención. El periódico La Voz de Galicia, dado que se había mantenido en secreto esta operación por parte de la Xunta, denunció estos hechos el 3 de junio de 1984 y desveló conexiones políticas entre los socios de la cadena radiofónica y el vicepresidente, José Luis Barreiro. Días después, el citado periódico desvelaba también una segunda operación con los fondos de Fomento de Empleo para controlar una agencia informativa denominada Radial Press.

Pero la citada partida ha servido también al Gobierno autónomo para aventuras empresariales cuando menos chocantes. La Xunta es accionista mayoritaria de una peluquería de señoras radicada en Santiago y posee casi el 50% del capital social de una sauna viguesa. Un constructor de Oleiros, José María Lage Balteiro, también se benefició de estos fondos, pese a haber cerrado su anterior empresa se manas antes y haber rescindido los contratos a ocho trabajadores. En este caso la Xunta le dio 14 millones para participar en una empresa, Launa, SA, destinada a la fabricación de muebles de cocina. Y son sólo una muestra de las peregrinas inversiones empresariales de la Xunta.

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