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Riesgo para los socialistas de perder, después de 16 años, la mayoría relativa en Austria

El partido socialista (SPOE) de Austria corre el riesgo de perder en las elecciones generales de mañana, por primera vez en los últimos 16 años, la mayoría relativa ante el partido popular (OEVP), de tendencia democristiana. Sin embargo, todos los indicios de los últimos meses sugieren que los socialistas permanecerán en el Gobierno, en una gran coalición con el OEVP.

La oposición en el próximo Parlamento austriaco quedaría así reducida al pequeño partido liberal (FPOE).Las elecciones, previstas en principio para la próxima primavera, fueron adelantadas tras romper el actual canciller federal, Franz Vranitzky, la coalición del SPOE con los liberales. Causa de esta ruptura y de la convocatoria anticipada fue la elección como jefe del partido liberal de Joerg Haider, un joven político conocido por sus ideas pangermanistas y cercanas en muchos casos a la extrema derecha.

La campaña electoral ha estado marcada por el tedio, en gran parte debido al hastío de los austriacos tras la virulenta polémica ante las elecciones presidenciales, que concluyeron el 8 de junio pasado con la victoria por mayoría absoluta de Kurt Waldheim. La similitud de los programas de socialistas y democristianos y la previsible gran coalición, ante la imposibilidad de mayorías sólidas, han impedido que los problemas actuales del país fueran objeto de un debate real en la campaña.

Según los sondeos previos, los dos grandes partidos, SPOE y OEVP, están muy igualados y ambos podrían ganar por escasa diferencia su mayoría relativa. La ruptura de la coalición entre socialistas y liberales ha provocado una corriente de simpatía hacia Vranitzky, en quien los socialistas han depositado sus esperanzas de evitar una catástrofe electoral. La popularidad del canciller compensa los avances logrados por el OEVP, cuyo candidato a la jefatura de Gobierno, Alois Mock, está lejos de ser un líder carismático.

Vranitzky, que sucedió a Fred Sinowatz en la cancillería al dimitir éste tras la victoria de Kurt Waldheim en junio, es un ex banquero pragmático, ajeno a la doctrina socialista. Ha descartado ya la posibilidad de crear una nueva coalición con los liberales y apuesta abiertamente por una gran coalición para superar los graves problemas a que se enfrenta la economía austriaca. Está pendiente una gran reestructuración de la industria estatal con un enorme coste económico y social.

En el partido socialista existe una corriente partidaria de no hacer una coalición y pasar a la oposición para renovar una sustancia ideológica prácticamente inexistente en una dirección que ostenta el poder desde 1970. El ala izquierda del partido cree que, si el SPOE hubiera pasado a la oposición en abril de 1983, cuando el entonces canciller, Bruno Kreisky, dimitió al perder la mayoría absoluta, hoy los socialistas no se hallarían en la precaria situación en que están. De ser, pese a Vranitzky, muy graves las pérdidas de los socialistas y quedar por debajo del OEVP, con lo que el canciller en una hipotética gran coalición sería el democristiano Mock, entre los socialistas aumentarían las voces contrarias a esta alianza.

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