Nuevas bajas en un mercado falto de alicientes
Una vez más, la lógica de la situación económica ha terminado por imponerse a los buenos deseos del mercado y ha frenado la posibilidad de que esta última sesión tuviese un resultado positivo o, cuando menos, gozase de cierta tranquilidad. Un papel muy contenido en los primeros corros no ha podido encontrar argumntos suficientes para mantenerse en esa posición y, ante la escasa beligerancia de los compradores, se ha impuesto sin ningún tipo de problemas, con lo que la jornada ha ido llevando a los inversionistas, poco a poco, a la misma situación en la que se encontraban al cierre de la semana anterior. La total ausencia de datos sobre la evolución del índice de precios al consumo de octubre es un buen caldo de cultivo para todo tipo de rumores y la trayectoria del mercado de valores no invita precisamente a quedarse aguardando a la publicación de los datos como si tal cosa. El temor a nuevos recortes va produciendo abandonos de mayor o menor intensidad, pero que en ningún caso se cubren con las escasas compras que se realizan en cada Jornada y que lo único que consiguen es frenar algo la caída de los precios.La inauguración del segundo mercado, algunos dividendos, un par de ampliaciones de capital y la elevación del nominal de Bankinter apenas consiguieron distraer a los asistentes, más preocupados por la proximidad de la cota del 170% que por las novedades que pueda ofrecer el mercado.
La, ampliación de capital de Bankinter mediante la elevación del nominal de las acciones en un 25%, gratis para los accionistas, se saldó sin que el precio en pesetas experimentase variación alguna, situación de equilibrio que se repitió para el conjunto del sector, pues la caja de los siete grandes ofrecía un saldo global inferior a 10.000 títulos a la venta, cifra que esconde importantes diferencias entre estos siete valores. La evolución de las cotizaciones se ajustó más a la existencia de oferta o demanda, por lo que se registraron dos avances de 10 y 25 enteros, dos bajas de seis y nueve y tres repeticiones. El volumen negociado también mostró la escasa presencia de los compradores, y el total descendió en 121.000 títulos con respecto al viernes último.
Casi toda la presión la sufrieron los valores eléctricos, muy castigados con anterioridad y de los que se esperaba alguna reacción positiva. La debilidad de la respuesta compradora en el primer corro fue una buena muestra del grado de inhibición de los inversionistas e indicó que los problemas no se han superado todavía. Con todo, el grupo cerró la sesión con una pérdida mínima, dejando el peso de los recortes importantes a cargo de alimentación, químicas y comunicaciones.
La confusión no había cesado aún al cierre, pues algunos tanteos compradores en valores muy concretos daban la sensación de una mejora que distaba mucho de ser general o de lograr alguna continuidad, pues ya en la jornada precedente se vivió una situación similar que no ha podido superar el terreno de lo puramente anecdótico.
