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El Gobierno exigirá a la banca información sobre las cuentas de los antiguos sindicatos verticales

El Gobierno, a través de la Dirección General del Patrimonio del Estado, exigirá con carácter oficial a todas las entidades financieras información sobre las cuentas y depósitos que fueron del sindicato vertical y el movimiento realizado en las mismas tras su disolución, en 1976. Al mismo tiempo se crearán unos grupos de trabajo que visitarán todos los registros de la propiedad para localizar los inmuebles de lo que un día fueron los sindicatos nacionales. Es la primera vez en 10 años que se exige, con el amparo de la ley, la investigación del patrimonio de la antigua organización vertical.

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El Gobierno pondrá en marcha un plan elaborado por el Ministerio de Trabajo para investigar los bienes financieros de los antiguos sindicatos verticales -cuentas corrientes, de ahorro, depósitos, custodia de valores, etcétera- y saber qué saldos y movimientos se han producido después de la disolución de la antigua organización sindical, en 1976.Las cuentas corrientes de los antiguos sindicatos nacionales nunca pasaron a ser propiedad del Estado. Y se ignora todavía a cuanto ascendían y, sobre todo, quién o quiénes siguieron utilizando unos fondos que algunos medios consideran importantes.

La presunción de que estas cuentas han sido utilizadas tras haberse disuelto los sindicatos franquistas no es gratuita. El Ministerio de Trabajo tiene constancia, a través de algunas entidades financieras, de que algunas personas intentaron retirar fondos de las mismas con posterioridad a 1976.

Movimientos contables

Precisamente, en la información que ahora se exige a los bancos se pide que se incluyan "los más que probables movimientos contables que se hubieran producido con posterioridad al año 1976, de manera que se pueda conocer la forma de disposición de aquellos recursos y en su caso el destino ulterior de los mismos".Las actuaciones propuestas por Trabajo se llevarán a cabo a través de la Dirección General del Patrimonio del Estado, que remitirá un escrito "a todos los servicios centrales de las instituciones financieras" exigiéndoles información sobre las cuentas y valores depositados en cada una de las entidades y que fueron un día de la organización vertical. En el citado documento se asegura que este tipo de actuación está amparada por la legislación vigente, que prevé "la investigación de los bienes y derechos que se presuman patrimoniales a fin de determinar su propiedad".

Al mismo tiempo se llevarán a cabo otras acciones para buscar el patrimonio inmobiliario de estas mismas organizaciones que, al tener personalidad jurídica propia tampoco pasaron a la Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS). Grupos de inspectores visitarán la totalidad de los registros de la propiedad para localizar los bienes de naturaleza sindical. A estos inspectores se les facilitará el censo de organizaciones que figuraban en el Registro de Entidades Sindicales y los datos de aquellas que se adaptaron a la ley de 1977.

Al disolverse el sindicato vertical en 1976 no se recogió en la ley la integración en la AISS de las organizaciones con personalidad jurídica propia, y sus bienes, por tanto, no pasaron a formar parte de lo que hoy se conoce como patrimonio acumulado.

Las mismas sedes

Algunas de las asociaciones empresariales que resurgieron de los sindicatos de empresarios al amparo de la ley de 1977 continúan ocupando las mismas sedes que tenían en el pasado, produciéndose únicamente un cambio en su denominación.La ley 4/86, sobre cesión del patrimonio sindical, corrigió en parte esta situación, incluyendo como patrimonio sindical todos los bienes -muebles e inmuebles- de los sindicatos nacionales. Sin embargo, nunca llegó a saberse qué propiedades tenían estas organizaciones, que, en cualquier caso, se presumen importantes.

Hasta el momento, y casi por casualidad, se han localizado menos de una decena de millones de pesetas depositados en distintas entidades bancarias y algún paquete de acciones, de escaso valor, del Banco Exterior, procedentes de la desaparición del Banco Rural y Mediterráneo, que fue absorbido en su día por la primera de las entidades citadas. También se ha encontrado un paquete de acciones de la agencia Efe y alguna participación en una compañía de seguros. Han sido los únicos vestigios de la riqueza del que fue sindicato único.

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