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"Un sonido muy humano"

Sonny Rollins afirma que la primera vez que vio un saxo quedó deslumbrado, y hoy dice que sigue enamorado del instrumento como el primer día. Fue en Harlem, cuando tenía 11 años. Un tío suyo tenía uno, y el pequeño Sonny, hijo de una familia de clase media, dejaba de patear las calles para dedicarse a soplar aquello "que era brillante y complicado"."El saxo", dice, "tiene un sonido muy humano, por su forma. Tiene un efecto natural sobre la gente que lo oye, como pasa con el sonido de las personas. Es un instrumento tan misterioso que la ciencia de la música no acaba de explicarse cómo se produce el sonido que se genera con él".

Esta respuesta ofrece Sonny Rollins si se le interroga acerca del prestigio alcanzado por este instrumento en los últimos años. Y es que Rollins, hombre que parece enormemente cansado, parece también despertar de un extraño letargo cuando trata de hacerte ver la trascendencia que tiene este instrumento.

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