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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Lydon, una actitud

John Lydon, 10 años Johnny Rotten, actuó en su primer concierto madrileño embebido de: su actual imagen pública, alejado de los días más rebeldes del rock. Este contestatario convocó a espectadores heterogéneos, curiosos, fanáticos o simplemente degustadores de unas canciones peculiares, las de un grupo presente llamado Public Image Limited (PIL). Pocos pudieron quedar indiferentes.No se tarda en advertir cuánto le ha servido a Lydon fijarse en los recursos musicales del heavy, en el uso del tiempo rítmico y en la presencia fuerte de dos guitarras que predominan en casi todos los temas. Él mismo se ha preocupado de contarlo. El sonido de PIL es duro y elaborado, ni estridente ni anárquico. En algunos momentos se puede gozar de alguna melodía o arreglo y distraerse con sorprendentes solos de sitar a un ritmo machacón, caso de Flowers of romance. El recital no incita a saltos desenfrenados ni a gritos insultantes, pero muchos de los que fueron se empeñaron en mostrar cómo escupen. Ni Lydon ni su banda se inmutaron.

Concierto de PIL

John Lydon (voz), John MeGeoch (guitarra y teclados), Bruce Smith (batería), Allan Dias (bajo) y Lu Edmonds (guitarra). Madrid, Astoria, 17 de octubre.

La leyenda no continúa. La vida de artista de Lydon transcurre ahora en el juego sinuoso de declamar en el vacío mensajes para nadie, de recordar el pasado a quienes aún lo viven cuando lo reniega, de reafirmarse en el regocijo por el clamor público y Lacer de sí mismo para que ello perdure con una sonrisa de ironía en el escaparate de su propio espectáculo. Es un personaje atractivo por listo y nada vergonzoso, sabe acompañarse de músicos decididos que responden animosamente. Lydon no actuó extravagante, danzó a su manera, agitó sus tirabuzones pelirrojos y rió siempre. De repente simulaba su descaro, miraba la chuleta del repertorio y luego se la enseñaba con cierta mofa a su bajista. Retornaba a escena con el canto compartido con la audiencia de This is what you want, un rap facilón, o entonaba Hollidays in the sun, una pieza de antes que sonó más brillante, mejor tocada, pero carente del espíritu punkero.

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