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El Grupo Popular de Cantabria expulsa a los cinco diputados del PDP que hicieron perder un senador a la coalición

El grupo parlamentario de Coalición Popular (CP) decidió ayer la expulsión de los cinco diputados del Partido Demócrata Popular (PDP) que no comparecieron al pleno del viernes y cuya ausencia posibilitó la designación de un senador socialista en representación de la comunidad autónoma. No es ésta, sin embargo, la única consecuencia de la nueva y muy profunda crisis abierta en la Coalición Popular de Cantabria.El vicepresidente del Gobierno autónomo, el democristiano Lucas Martínez, presentó ayer su dimisión al presidente del Ejecutivo, Ángel Díaz de Entresotos, pero éste no la aceptó; el presidente del PDP, Ambrosio Calzada, se ha visto sometido a expediente disciplinario por su propio partido; Alianza Popular, por su parte, califica la actitud de los cinco diputados no asistentes al pleno como un evidente fraude al electorado que en Cantabria votó mayoritariamente a CP"; el alcalde Juan Hormaechea, a su vez, entra en la polémica y habla de "deplorable ejemplo de cómo no puede gobernarse" mientras insiste en su propósito de convertirse en candidato a la presidencia del Gobierno autónomo. El perder la mayoría en la asamblea regional supuso que ésta reconociese que el Gobierno ha cometido diversas irregularidades en sus actuaciones, en materia de adquisición de patrimonio y remanentes financieros.

Jaime Blanco, secretario general del PSOE de Cantabria, dijo ayer, al final de la reunión celebrada por el comité ejecutivo para analizar la situación planteada, que la "crisis surge fundamentalmente por discrepancias en cómo ocultar las irregularidades financieras que ha habido en la diputación, además de: por una crisis permanente de la derecha regional que nos está asolando a todos". "A partir de aquí", agregó, "se presentan dos cuestiones importantes para un Gobierno que trate de proseguir hasta las próximas elecciones. A nuestro modo de ver, el presidente Díaz de Entresotos está obligado a presentar la cuestión de confianza porque Cantabria no sabe con qué apoyos cuenta el Ejecutivo para gobernar, y si no lo hiciese, después de lo ocurrido el viernes, sería un Gobierno indigno de proseguir. Y, por otro lado, la abstención activa del PDP induce a una grave censura de sus propios consejeros, por lo que tendría que haber una remodelación del Ejecutivo regional".

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