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Felipe González proyecta crear un 'superministerio' de administraciones públicas

La creación de un superministerio de las administraciones públicas, que englobe el Ministerio de Administración Territorial y los cometidos del Ministerio de la Presidencia relativos al área de función pública, constituye una de las hipótesis de lo más novedosas y extendidas en medios socialistas cuando se habla del próximo Gobierno de Felipe González. Junto con este departamento de las administraciones públicas, que quedaría instalado en Castellana 3, Felipe González estudia un ascenso al rango de ministerio de la Secretaría de Estado de Comercio.

Felipe González ha mantenido ya primeros contactos con casi todos sus ministros, aunque ellos aseguran unánimemente desconocer el alcance de los planes de González. Se considera improbable que en el Consejo de Ministros de hoy -penúltimo del actual equipo- o en el curso de la reunión del Comité Federal del PSOE, el presidente se muestre mucho más explícito, siguiendo su habitual táctica de hermetismo.La formación del próximo Gobierno -que será el tercero de Felipe González y se dará a conocer en el curso de los próximos días 24 o 25- suscita multitud de especulaciones y quinielas en medios de la Administración, donde se admite que son muy pocos quienes conocen con certeza cómo quedará definitivamente configurado el Ejecutivo.

La creencia más extendida es la de que no habrá apenas cambios en los titulares, de las carteras más importantes y, así, continuarán en el Gobierno el vicepresidente Alfonso Guerra -pese a algunas dudas personales sobre la conveniencia de pasar a ocuparse exclusivamente del partido-, Francisco Fernández Ordóñez (Asuntos Exteriores), Narcís Serra (Defensa), José María Maravall (Educación) y Carlos Solchaga (Economía y Hacienda), y podrán desgajarse de este departamento las funciones de Comercio.

Igualmente, se estudian algunas fórmulas para potenciar más estos ministerios políticos, así como otras relativas a varias secretarías de Estado, de tal forma que algunos secretarios de Estado puedan asistir a los consejos de Ministros, comparecer ante el Parlamento en lugar de los ministros (lo cual requeriría una modificación del reglamento) y acudir a reuniones comunitarias técnicas en Bruselas.

Por otra parte, los cometidos de Presidencia relacionados con los servicios administrativos serían integrados en un organismo encargado de apoyar a la Presidencia del Gobierno.

Continuarán en el Gabinete, de acuerdo con la creencia más extendida en medios de la Administración, el titular de Justicia, Fernando Ledesma, pese al desgaste personal sufrido en sus intentos por pasar a la presidencia del Congreso.

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Igualmente, el titular de Interior, José Barrionuevo, parece que permanecerá en el cargo, pese a sus deseos de abandonarlo, para concluir algunos asuntos pendientes, relacionados con la lucha antiterrorista.

La incógnita de Almunia

Los cambios que se realicen en la estructura del Gobierno vienen dictados fundamentalmente por la necesidad de adecuar funcionalmente el Ejecutivo con los de sus colegas de los países comunitarios. Éste sería el sentido de elevar al rango de Secretaría de Estado la actual Secretaría General de Pesca. También el Departamento de Industria sufrirá una reestructuración, considerándose verosímil que su titular, Joan Majó, cese y que este departamento se fusione con Comercio.Pese a esta vocación europeista, parece descartarse la idea inicial de crear un Ministerio para las Relaciones con la CE, dado que el programa socialista prevé una "unidad de acción" en lo exterior. Además de Majó y del titular del Ministerio de la Presidencia, Javier Moscoso, se considera que un serio candidato al cese es el titular de Sanidad, Ernest Lluch, cuya reforma no ha alcanzado las metas previstas y cuyo campo de acción es considerado "prioritario" por el PSOE para acometer la nueva legislatura.

Joaquín Almunia, ministro de Trabajo y Seguridad Social, confesó hace varios meses a sus íntimos que se sentía cada vez más abrumado por las tensiones de su departamento. Almunia comentó que a él lo que realmente le gustaría sería pasar a desarrollar otras tareas no ejecutivas junto al presidente del Gobierno. Ahora, con la formación del nuevo Gabinete, muchos han recordado sus comisiones y afirman que Almunia tiene ya un pie en la Moncloa.

Según estas versiones, Trabajo sería una de las carteras que quedarían vacantes y su titular actual pasaría a asesor de Felipe González, aunque también se cita a Almunia como uno de los candidatos posibles para ocupar el superministerio de las Administraciones Públicas.

Las quinielas en curso también citan para este puesto al subdirector del Gabinete de la Presidencia, el economista Francisco Fernández Marugán; al secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, y hasta al ministro de Cultura en funciones y portavoz, Javier Solana, aunque fuentes próximas a éste consideran "altamente probable" que se mantenga en su actuial doble función.

Pero, en estos momentos, nada puede darse por seguro y, aunque se afirme que hay un 70% de posibilidades de que Almunia termine en la Moncloa, tampoco se descarta que continúe al frente de Trabajo, uno de los departamentos más conflictivos del Gabinete.

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