El Rey entregó al príncipe Felipe el despacho de caballero alférez cadete del Ejército de Tierra
El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, recibió ayer en la Academia General Militar de Zaragoza, de manos de su padre, el rey Juan Carlos I, el despacho de caballero alférez cadete de Infantería y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco. Don Felipe ha pasado este curso en esa academia del Ejército de Tierra, y los dos siguientes realizará estudios en la Escuela Naval Militar, en el buque Juan Sebasdán de Elcano y en la Academia General del Aire. En julio de 1989 recibirá los despachos de teniente de los tres Ejércitos.
El solemne acto de ayer se celebró en el patio de armas de la academia, adonde llegó el Rey acompañado de la reina Sofía, la infanta Elena y el ministro de Defensa, Narcís Serra, pasadas las 11.30.Los Reyes siguieron desde un podio la celebración de la misa, oficiada por el arzobispo vicario general castrense José Manuel Estepa, quien, refiriéndose a los nuevos alféreces, dijo que eran un bien de la humanidad y de la nación española. Recordó el 50º aniversario de la guerra civil española y expresó sus deseos de reconciliación y paz, de que cicatricen las heridas "gracias a la grandeza de alma de vuestra generación", dijo, refiriéndose a los cadetes.
Tras la ceremonia religiosa se dio lectura al real decreto de nombramiento del príncipe Felipe de Borbón y Grecia como caballero alférez cadete, cuyo despacho le fue entregado por el Rey, en medio de los aplausos de los presentes. Padre e hijo se saludaron militarmente y después se dieron un prolongado apretón de manos.
Las diversas autoridades civiles, militares y religiosas presentes en el acto, entre ellas las aragonesas, hicieron lo propio con el resto de los 210 alféreces que componen la promoción del Príncipe. De ellos, 30 pertenecen a la Guardia Civil, y recibieron los mayores aplausos por parte del público asistente. Luego se entregaron los premios a los cadetes distinguidos: Premio de la Universidad de Zaragoza al número uno de la promoción, que correspondió a Eduardo Diz Monje, que recibió también un galardón del Ejército italiano; Premio del Ejército italiano al número uno de la Guardia Civil, Carlos Sarrión Resa, y Premio del Compañerismo, otorgado por la Caja Postal de Ahorros, a Pedro Álvarez Nieto.
Legítimo orgullo
El director general de la academia, general José Jiménez Pérez de Larraya, dirigió unas palabras al Príncipe de Asturias: "Hoy, desde esta academia, podemos decir con legítimo orgullo que el Ejército de Tierra y las Fuerzas Armadas en general no sólo reconocen cuanto representáis, sino que ven en vos a uno de sus oficiales. (...) Vuestro paso por este centro ha estado marcado por el sello del esfuerzo y de la disciplina. Por eso estamos seguros de que vuestra alteza no olvidará nunca esta academia, como también podéis estar seguro de que la academia no olvidará vuestra estancia aquí", dijo.
La ceremonia concluyó con una ofrenda a los caídos y un desfile de los alumnos cadetes, entre ellos el Príncipe de Asturias, que fue presenciado por la familia real y acompañantes desde una tribuna.
A partir de las 22.30 se celebró una fiesta privada de fin de curso organizada por los cadetes. Unas 3.000 personas asistieron a la fiesta, que se celebró al aire libre, en el campo de deportes de la academia. Se sirvió una cena fría, y varias jóvenes asistieron a la ceremonia de puesta de largo en una velada amenizada por dos orquestas y el grupo de rock Objetivo Birmania.
