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Tribuna:EL PROBLEMA DE IMAGEN DE LOS EMPRESARIOS
Tribuna
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Ni estaban todos los que eran ni son todos los que están

Hasta hace muy poco, y muchos dirán que todavía, la imagen del empresario estaba tan deteriorada socialmente que muchas personas, aun ostentando efectivamente la condición de empresario, la ocultaban en un intento dramático por evitar las negativas connotaciones que por un problema esencialmente cultura¡ muchos españoles asociaban al término empresario.Desde hace poco, sin embargo, e insisto en que muchos dirán que la situación no ha cambiado sustancialmente, la imagen del empresario ha empezado a mejorar sensiblemente.

Ello, básicamente, se ha debido, por un lado, a una corriente generalizada a nivel mundial hacia posiciones más conservadoras, que se apoyan más en la iniciativa privada y en las que la figura del empresario cobra su especial relevancia, y por otro, a un convencimiento general de que los empresarios son los que crean y dirigen las empresas, que son en definitiva los verdaderos motores de la economía, de esa economía que cuando atraviesa una época de crecimiento permite a los ciudadanos disfrutar de una posición económica más favorable y que cuando atraviesa momentos de recesión les obliga a poner en marcha el plan de austeridad que tanto les disgusta.

En cualquier caso, aunque aquella deteriorada imagen del empresario haya mejorado, todavía está muy lejos de hacer honor a la verdad; todos los empresarios deberían poder proclamar su condición a los cuatro vientos, y el resto de la comunidad debería reconocerles y respetarles por ello (no creo que sea mucho pedir cuando estamos hablando de personas que, arriesgando su capital y poniéndolo a producir en coordinación con su trabajo, crean empresas, dan puestos de trabajo, generan riqueza y contribuyen de una manera sustancial a elevar el nivel económico de la comunidad en la que viven).

Nuevos empresarios

Pero para ello es necesario que todas las entidades que de una manera u otra inciden en la realidad social de cada momento -Gobierno, partidos políticos, Administración, agrupaciones patronales, sindicatos, institutos docentes, medios de comunicación... - apoyen este justo cambio hacia la realidad que ya ha empezado a producirse en la imagen social del empresario, y posibiliten la creación de un entorno que potencie y favorezca la aparición de nuevos empresarios que con su iniciativa aporten su granito de arena a ese crecimiento económico que todos deseamos.

No obstante, ya hay algunos indicios de esta mejora en la imagen del empresario, y desde hace unos meses podemos ver en los distintos medios de comunicación que se está poniendo de moda ser empresario.

Y como toda moda, ésta tiene tanta fuerza que todos quieren seguirla y no quedarse atrás, razón por la cual últimamente presenciamos cómo muchas personas se hacen llamar o son calificadas de empresarios sin en absoluto serlo.

Directivos y empresariosUn empresario no es un directivo, o, mejor dicho, no basta con ser directivo para ser empresario, como creen algunos periodistas que cuando hacen una entrevista o escriben un artículo sobre empresarios incluyen en ellos a altos directivos de empresas, o como creen, por citar un ejemplo, los promotores del recientemente creado Club de Empresarios, en donde se integran fundamentalmente altos cargos de la Administración y empresas públicas.Un directivo es simplemente un empleado de una empresa, un trabajador por cuenta ajena, no un empresario.

Para ser empresario hay que reunir al mismo tiempo y respecto de una misma empresa una doble condición: la de propietario y la de trabajador.

Por la primera, el empresario participa en la propiedad, total o parcial, de la empresa, y de esta participación se deriva la consecuencia inmediata de recibir sus resultados, sean éstos beneficios o pérdidas; y por la segunda, el empresario trabaja en la empresa, estando a la cabeza de la misma y dirigiendo sus actividades para intentar conseguir los objetivos perseguidos.

Una persona que ostente la primera condición pero no la segunda será un inversor o un rentista, de igual forma que una persona que ostente la segunda pero no la primera será un trabajador por cuenta ajena.

Ésta es la definición de empresario que sigue la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), que sólo acepta como afiliados a aquellas personas que, aparte de inspirar su actividad en principios tendentes al apoyo y fomento de vocaciones empresariales, la libre iniciativa y la economía de mercado, son jóvenes empresarios, bien entendido que para la Asociación de Jóvenes Empresarios son empresarios tanto los empresarios en el sentido tradicional del concepto como los profesionales liberales, los autónomos y los hijos de empresarios que están trabajando con sus padres, ya que todos ellos cumplen ese doble requisito de trabajar en una empresa en la que participan de su propiedad.

A ver si entre todos conseguirnos que se reconozca socialmente a los empresarios la imagen y el respeto que se merecen, y que se tomen todas las medidas jurídicas, económicas y administrativas necesarias para que se pueda crear ese entorno que posibilite la proliferación de nuevos empresarios que hagan crecer la economía española.

Y a ver si nos ponemos de acuerdo en los conceptos, llamamos a las cosas por su nombre y damos a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César: sólo así conseguiremos que estén todos los que son y sean todos los que están.

Bernardo Ungría López es secretario general de la Asociación Española Independiente de Jóvenes Empresarios.

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