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Tribuna:CRITICAS A LA POLÍTICA ECONÓMICA DE ESTADOS UNIDOS
Tribuna
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Justicia económica para todos

La Conferencia Episcopal de EE UU prefiere lanzar sus proyectos al debate público y cuenta con,centenares de expertos, cuyos nombres se publican sin distinción de credos, tendencia política o nacionalidad. El primer borrador fue publicado en noviembre de 1984, dos semanas después de la reelección de Reagan. El segundo, en octubre de 1985. Y ahora, a primeros de junio, ha sido ofrecido de nuevo al debate en todos los medios el tercer proyecto, que va a ser discutido en el pleno de los obispos a finales del verano próximo.En estas líneas nos fijamos en las características más sobresalientes del mismo con los enriquecimientos que ya han tenido lugar. Tanto el contenido del texto como el método de trabajo' o forma de ejercer el magisterio episcopal desbordan las fronteras de Norteamérica.

Otros saberes

Los obispos hablan en nombre del evangelio y de la Iglesia. Pero su misma palabra es ya una mediación humana. Para ser entendidos tienen que utilizar el lenguaje técnico. Entran en juego necesariamente otros saberes no deducibles exclusivamente de la revelación cristiana. Sus debates internos suelen desarrollarse en el más estricto secreto. Nadie puede exigirles que hablen como expertos del desarme, de la paz o de la economía. Pero el evangelio no será hoy inteligible si no se encarna en el análisis de los problemas temporales y complejos. Los obispos norteamericanos han dado un paso de gigante al incorporar en sus deliberaciones a cientos de expertos de dentro y fuera de EE UU. Han logrado además ser intérpretes de un amplio consenso social. Practican la participación que ellos piden a otras instancias sociales y políticas. Dan transparencia al cuerpo social de la Iglesia, sin abdicar lo más mínimo de su misión religiosa.

En el apéndice de este tercer borrador se da cuenta de 22 reuniones o seminarios celebrados en distintas universidades y organizaciones americanas, así como en Chile, Argentina, Milán y Friburgo, de Suiza. Entre los economistas se puede destacar a Michael Novak, a rabinos, religiosos, responsables de movimientos en el Tercer Mundo, ecologistas, granjeros, feministas y representantes de las minorías americanas.

Justicia económica

Llama la atención la insistencia y el nuevo empleo de esta expresión. Se vive la preocupación de que sin democracia económica ya no se puede hablar de democracia política. No basta conseguir la participación en las opciones políticas. Porque la marginación social y política es consecuencia de haber privado de voz a los económicamente débiles. En el cuadro macroeconómico norteamericano se descubren zonas oscuras crecientes en la desocupación, la pobreza y la agricultura. Treinta y tres millones de americanos no tienen prácticamente derechos políticos y civiles porque no pueden ejercer ningún tipo de opción económica. Curiosamente, el diálogo entre el Este y el Oeste discute -también la preferencia entre los derechos políticos y cívicos conseguidos en las democracias occidentales y los derechos sociales y económicos, cuyo descuido, con las tasas de paro y marginación, suelen echar en cara a los occidentales los dirigentes de las repúblicas socialistas. Las. críticas al sistema capitalista, y concretamente a la Administración de Reagan, que se hicieron al primer borrador no han conseguido suavizar el tercer texto actual. El principio de la creación de riqueza se limita moralmente cuando se hace a costa de provocar pobreza en otros segmentos de la sociedad americana e incluso en otros países en vía de desarrollo y aun en las repúblicas socialistas.

'Provincialismo americano'

Que sepamos, es la primera vez que una instancia importante norteamericana denuncia claramente no sólo el imperialismo militar y económico de los dirigentes políticos y económicos de EE UU. Demuestra además la incoherencia de una pretendida voluntad democratizadora en el mundo, con decisiones económicas y armamentistas que producen pobreza, guerras y revoluciones en el resto del planeta. Los obispos dicen que el secuestro del petróleo por los árabes en los años setenta no es nada con el secuestro diario de recursos económicos que se practica a diario en la Administración y en las grandes industrias norteamericanas. Cualquier decisión importante económica, industrial, monetaria o de mercado, puesta en práctica en aquel sistema federal, repercute en el resto del de la familia humana.

La amenaza nuclear y la carrera armamentista no van a desaparecer del horizonte planetario si no se asumen seriamente los criterios de decisión económica que extienden la solidaridad a todos los pueblos más allá de la frontera americana y hacen posible la libertad económica, dentro de la complejidad e interdependencia, a todos los miembros de la entera familia humana.

Mientras contingentes enteros vivan en el subdesarrollo o se aproveche la dependencia económica como una forma de dominación, se podrá decir de la sociedad americana lo que Pablo VI llamó un modo de degradación moral". No es creíble la defensa de los derechos humanos que intenta hacer Norteamérica en otras regiones del mundo mientras ponga en práctica el imperialismo económico. Por supuesto que el texto episcopal no hace concesiones al colectivismo ni a la planificación estatal. Defiende la creatividad privada, pero hace responsable al Gobierno federal de la coordinación de todos los esfuerzos. El amor, la solidaridad y la opción por los pobres predicada por la Iglesia adquieren nombres concretos en las decisiones económicas de cada día. El gran reto del poder económico más poderoso del mundo podría expresarse con aquellas palabras de A. Lincoln en Gettysburg: "La grandeza de los americanos consiste en dedicarse preferentemente a aquello que queda por alcanzar y no a conservar lo conquistado".

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