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50 notables redactarán la Constitucion filipina

RAMÓN VILÁRÓ, ENVIADO ESPECIAL, La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, se dispone a hacer balance de sus primeros 100 días en el poder -el próximo día 5 de junio- con un Gobierno que intenta desmontar el aparato político y los vínculos económicos creados a lo largo de 20 años de gobierno autoritario de Ferdinand Marcos reactivar la crítica situación económica, negociar con las guerrillas comunista e islámica y poner en marcha la comisión encargada de redactar una nueva Constitución.

Con el tema económico a la espera de que llegue la ayuda prometida por Estados Unidos y Japón y la negociación con unas guerrillas enfrentadas a favor y en contra de la lucha armada, el logro más destacado de los 100 primeros días de Gobierno de Cory Aquino ha sido el anuncio, el pasado domingo, en un acto multitudinario y populista, de la creación de una comisión de 50 personalidades encargada de redactar una Constitución que sustituya a la actual y provisional Constitución de la Libertad, decretada por Corazón Aquino tras su triunfo sobre Marcos, hoy exiliado en Hawai (Estados Unidos).De las 50 personas nombradas (con cinco puestos para la oposición fiel a Marcos, pero ninguno para representantes. del Partido Comunista Filipino) destacan personalidades políticas y religiosas próximas a Aquino, incluidos veteranos juristas, un general, un jesuita, una monja, tres dirigentes islámicos, un economista del Opus Dei, un cineasta y un dirigente sindical, estos últimos vinculados con la izquierda no comunista.

El vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores, Salvador Laurel, participó el miércoles en un primer encuentro informal de la comisión, celebrada en el edificio del Batasang Pambansa (Parlamento), con asistencia de 37 de sus 50 miembros.

"Estoy muy satisfecha de participar en una comisión cuya principal misión es ayudar a recuperar la normalidad del país", comentó la ex presidenta del Tribunal Supremo, la prestigiosa jurista Cecilia Muñoz Palma, de 72 años, que se caracterizó por su imparcialidad durante la época de Marcos, principalmente en temas de violación de derechos humanos.

La labor más importante

"Después de echar a Marcos, la redacción de la Constitución es la labor más importante para el país", apuntó el ex senador Ambrosio Padilla, de 75 años, uno de los más firmes opositores de Marcos desde que se decretó la ley marcial en 1971.

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Cory Aquino ofreció cinco puestos, en la Comisión Constitucional, a los fieles a Marcos. Rechazó incluir al ex candidato a la vicepresidencia, Arturo Tolentino -que considera ilegal al actual Gobierno-, pero aceptó a Blas, Ople, ex ministro de Trabajo del dictador, que trata de reagrupar a los seguidores de Marcos con la creación del Partido Nacionalista Filipino.

"Aquino rechazó la inclusión de representantes comunistas por presiones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense", aseguró Tolentino, hoy en posiciones muy críticas hacia el Gobierno de Corazón Aquino.

Lo cierto es que, días antes de que la presidenta proclamara los nombres de los miembros de la Comisión Constitucional, la Prensa de Manila especulaba con la posibilidad de que figurasen en la lista hombres como José María Sisón, miembro del Partido Comunista Filipino, o el ex comandante Dante Buscayno (fundador de la guerrilla comunista del Nuevo Ejército del Pueblo, NPA), en un gesto de reconciliación nacional.

Pero su inclusión habría sido probablemente mal aceptada en las filas del influyente Ejército filipino, que continúa combatiendo la guerrilla del NPA y, sobre todo, por los estrategas de Washington, que temen por el futuro de sus bases militares en Filipinas.

La tarea de la Comisión Constitucional, uno de cuyos puestos ofreció la presidenta filipina a la Iglesia de Cristo -movimiento protestante muy vinculado a Ferdinand Marcos Y que, de momento, ha rechazado la oferta-, se presenta como un desafío importante para sus componentes, que inaugurarán formalmente sus trabajos el próximo lunes.

Las previsiones apuntan a que el proyecto constitucional esté listo para finales de septiembre y que, para mediados de noviembre, el Gobierno de Corazón Aquino pueda presentarlo a la aprobación del pueblo filipino.

El plebiscito coincidiría con la celebración de elecciones para las Administraciones local y regional, cuyos representantes, hoy sustituidos paulatinamente por los nuevos gobernantes, son todavía bastiones de lo que los filipinos denominan marquismo, o secuelas de 20 años de dominio político, de privilegios y corrupción económica entre los partidarios de Ferdinand Marcos.

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