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Crítica:EL CINE EN LA PEQUEÑA PANTALLA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nace un mito

Terminaban los años 20, cuando la productora Universum Film AktiengeselIschaf, la célebre UFA, que desde 1917. dominaba en el cine alemán, quiso poner a este a la altura del advenimiento del cine sonoro y proyectó, entre otras, una película, basada en la ácida novela de Heinrich Mann, hermano de Thomas Mann, Profesor Unrath.

Para dirigir este arriesgado proyecto Erich Pommer, director de la UFA -de acuerdo con quien iba a ser estrella única del filme el exagerado y despótico actor Emil Jannings- hizo viajar en el otoño de 1.929 a Berlin a un brillante realizador de Hollywood, un estilista que compaginaba la exquisitez con la rapidez en los rodajes y que ya estaba fogueado en las novedades técnicas del sonoro. Era el vienés Joseph von Sternberg.

Venía Sternberg avalado por filmes de corta vida, pero ya pobladores de una leyenda, como La ley del hampa, Los muelles de Nueva York y, su primera obra sonora, Thunderbolt. Esta corta peripecia fascinó a, Pommer y Jannings. El reparto del filme es taba decidido, salvó el del personaje de la muchacha que arruina la vida del profesor. La UFA de seaba para este personaje a la actriz Lucila Mannheim, pero Stemberg era de los que se re servaba la última palabra en lo relativo al reparto y no decidía la composición definitiva de este hasta que no había interiorizado el filme. Comenzó a dictar el guión y en su imaginación los personajes fueron adquiriendo rostros: todos se asustaban al re parto previsto salvo el de la burlona muchacha aniquiladora de Unrath.

El carácter visionario de Sternberg salió una vez más a relucir. Él tenía en la cabeza un rostro: "Era una imagen dibuja da por Felicien Rops, cuyo modelo vivió en otro siglo y en otro. país, pero del que yo esperaba encontrar una réplica en Berlin", escribió 40 años después en su libro de memoria. Diversión en una lavandería china.

La sagacidad de Sternberg es taba en el hecho de que se dio cuenta de que este personaje, concebido en el proyecto de la UFA como muleta para el lucimiento de Jannings, era en su proyecto mucho más que eso: era el verdadero eje sobre el que debia discurrir el filme y, pese a estar menos tiempo en pantalla que Jannings, era este quien debía girar alrededor de ella.

El instinto ególatra de Jannings saltó como un resorte al intuir que Stemberg le quería limar el estrellato del filme. Y se hizo campeón de la candidatura de Lucila Mannheim para encarnar al personaje. Pero Sternberg se negó -"Aquella señora no, habría podido ser Circe más que para un grupo de ciegos", dijo- desde que una noche fue invitado a la representación de una comedia musical- titulada Dos corbatas e interpretada por otro gran divo del teatro y el -cine alemán, Hans Albers.

Bellos rasgos cadavéricos

Sternberg no reparó en el famoso astro. Sólo tenía ojos para una joven actriz telonera decía dos frases a lo largo de la función- llamada María Magdalene von Losch: era la reproducción viviente de la imagen distante y de bellos rasgos cadavéricos que el cineasta buscaba Como réplica viviente del misterioso dibujo de Felicien Rops.Stemberg pidió a la actriz una entrevista y llamó al encuentro a Pommer y Janngns, quienes se dieron cuenta di que la cita era una sutil encerrona. La vanidad de Jannigs volvió a saltar y se produjo un cruce de ultimatos: Jannings bramó que no trabajaría con una inexperta y Stemberg replicó que si no se contrataba a aquella inexperta él hacía las maletas. Jugó una vez más con ventaja, pues todo el proyecto -guión propio, decorados diseñados por él, un insólitamente bajo presupuesto- gravitaba sobre sus ideas ya en marcha. Pommer cedió, aplacó a Jannings y el rodaje comenzó.

Sternberg cambié el título Profesor Unrath por El ángel azul. Bautizó al personaje, que consideraba más obra suya que de Heinrich Mann, con un exótico Lola Lola. Buscó nuevo nombre para la actriz: comprimió María Magdalene en Marlene, borró su von por la misma razón que él, que en realidad se llamaba Joe Stemberg, se lo colocó a sí mismo, porque sí, y devolvió a la muchacha el apellido de su padre, Dietrich.

Sternberg construyó a Marlene hasta el punto de hacerle exclamar ¡Marlene soy yo!, afirmación que la actriz nunca desmintió e incluso en sus memorias, tituladas Marlene D., ratificó indirectamente y con rara, para su oficio, humildad. Y el mito surgió: sus ingredientes estaban todos en aquella mágica anécdota que condujo al primer encuentro entre cineasta y actriz.

Luego llegó el éxito del filme, el paso por Berlín del magnate de la Paramount Ben Schulberg y el viaje de Marlene a los Estados Unidos en busca de una fama que solo su vecina norteña Greta Garbo igualó. El ángel azul tiene 56 años y sigue completamente viva. Jannings cobró por interpretar al profesor. Un rath 100.000 dólares y Marlene 5.000 por hacer Lola Lola.

El filme se estrenó en Berlín, en el Gloria Palast de la Kufürs- terdamm, junto a la estación de ferrocarril, la víspera del 1 de abril de 1930, la misma noche que Marlene tomó el tren de Hamburgo para allí coger el barco que la llevaría a Nueva York. Con las maletas en un, coche, asistió al estreno. Cuenta Sternberg que los aplausos hicieron temblar los muros de la sala cuando el público descubrió, detrás de la mole engreída de Jannings, la delicada figura de aquella humilde berlinesa que una hora después salía al encuentro del universo.

El ángel azul se emite hoy a las 22.10 por TVE-2.

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