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José Rodríguez Elizondo

Un periodista chileno abre la oficina de información de la ONU en España

Antonio Caño

Chileno de nacimiento y peruano de exilio, periodista, escritor y abogado, José Rodríguez Elizondo, de 49 años de edad, dirige la nueva oficina de información de las Naciones Unidas en España, que será inaugurada el próximo día 16 por el secretario general de la organización, el peruano Javier Pérez de Cuéllar. La misión principal de Rodríguez Elizondo será convencer a los españoles de que la ONU sigue siendo una institución útil y necesaria para la búsqueda de la paz en el mundo.

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José Rodríguez Elizondo se encuentra ahora en pleno proceso de transición del periodista al diplomático. Con la excepción de un cargo económico en el Gobierno de Salvador Allende, nunca antes se había dedicado a la política.El director de la oficina de información en España será algo así como un embajador de las Naciones Unidas, aunque él afirma que su cargo consiste básicamente en "ser el portavoz más eficaz posible del secretario general".

Deberá trasladar a su Gobierno en Nueva York los hechos más destacados que se produzcan en España, particularmente en el terreno de la seguridad y el terrorismo, y simultáneamente tendrá que intentar mejorar la imagen que en España existe de la ONU. Para ello necesitará una perfecta simbiosis de su cualidad de periodista con la de diplomático, que a buen seguro posee. La ha demostrado ya al triunfar en Perú, país acotado para los chilenos por la rivalidad histórica existente entre los dos vecinos.

Llegó a Perú en 1977 y comenzó a publicar en el semanario más prestigioso de Lima, Caretas. En los dos últimos años ha compatibilizado ese trabajo con el de comentarista del canal 9 de la televisión y el de corresponsal de EL PAÍS en la capital peruana. Recibió en 1984 el Premio Rey de España por su trayectoria periodística.

Se considera fundamentalmente un periodista, pero se siente también orgulloso de su libro de cuentos Nosferatu y otros exiliados, publicado el año pasado y en el que se incluyen nueve cuentos que recogen sus experiencias del exilio desde que abandonó Santiago, tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet, para impartir clases como profesor de estudios latinoamericanos en la universidad de Leipzig.

Su única preocupación ahora es la ONU, que "está pasando por momentos muy difíciles". Rodríguez Elizondo quiere utilizar su poder de comunicación "con mayor finura, con mayor delicadeza", para trasladar a los medios de información la importancia de la gestión de las Naciones Unidas.

Sabe que en muchos casos esto es difícil, porque "la ONU desarrolla una diplomacia preventiva y, por tanto, no es espectacular". "Lo más fácil sería decir que la ONU no sirve porque tiene limitaciones, pero lo cierto es que se trabaja pensando en que más vale un consenso deficiente que una guerra maravillosa".

"Las Naciones Unidas". según su criterio, "están creando un escenario para el consenso. Actualmente existe la posibilidad de negociar, y eso ya es mejor que nada. Pero es todavía más que eso".

Rodríguez Elizondo no cree que su nombramiento se deba explicar por el desembarco de latinoamericanos en puestos de las Naciones Unidas desde el nombramiento de Pérez de Cuéllar.

Tampoco piensa que haya influido su relación con el secretario general, al que entrevistó por primera vez a los pocos días de su elección, en diciembre de 1981, y con el que mantiene desde entonces una "amistad profesional".

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