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La situación de la central de Almaraz provoca una crisis en el Gobierno autónomo extremeño

El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, destituyó en la mañana de ayer al consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente, Juan Serna, por las declaraciones efectuadas el pasado domingo a este periódico. Juan Serna afirmaba que la central nuclear de Almaraz (Cáceres) "ha estado funcionando con fallos y sin cumplir todas las medidas de seguridad". La crisis en el Gobierno autónomo afecta a la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente, que a partir de ahora será regida por el actual consejero de Industria y Energía, Eugenio Álvarez Gómez. A este último le sustituye Antonio Rosa, secretario provincial de la UGT.

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Juan Serna, en la misma información, acusaba al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y a la Subdirección General de Energía Nuclear de "encubrir y tapar sistemáticamente todas las denuncias hechas, cuando muchas de ellas afectan a la. seguridad de las personas". De igual manera, Serna afirmó tener conocimiento de que la central nuclear de Valdecaballeros, en Badajoz, cuyas obras se encuentran detenidas, iba a entrar en funcionamiento tras las elecciones autonómicas de 1987.Juan Carlos Rodríguez Ibarra, por su parte, justificó ayer el cese de Serna afirmando que las manifestaciones de éste habían sido hechas sin conocimiento del Consejo de Gobierno, por lo que lo habían cogido "totalmente desprevenido", y aunque calificó la decisión tomada de dolorosa, desmintió a Serna tanto en lo que se refiere al presunto encubrimiento por parte de organismos públicos de fallos de funcilonamiento de Almaraz, al manifestar que hay personas en el CSN "que me merecen toda la confianza", como sobre la futura puesta en marcha de Valdecaballeros. Rodríguez Ibarra volvió a manifestar que esta central no entraría en funcionamiento mientras él fuera presidente. Sobre este particular, calificó de "improcedentes" las declaraciones de Serna, puesto que la apertura de Valdecaballeros supondría la previa modificación del Plan Energético Nacional (PEN), lo cual está en estudio.

Por su parte, Juan Serna, después de conocido su cese, manifestó ser consciente de que sus declaraciones traían aparejada su salida del Gobierno autónomo extremeño. "Sin embargo, tenía que elegir entre callarme y seguir o denunciar este estado de cosas". De igual manera, afirmó que las declaraciones que han dado lugar a la primera crisis del Ejecutivo autonómico desde su constitución en 1984 estaban dirigidas a criticar muy concretamente a la directora general de la Energía, Carmen Mestre, y no al partido socialista.

También se reafirmó en los extremos-publicados y en que seguirá luchando para que Valdecaballeros permanezca cerrada. Aunque algunos observadores cercanos a la Junta de Extremadura no niegan la posibilidad de que el cese de Serna haya sido sugerido desde Madrid -tratándose de un consejero "reincidente" en sus críticas a la presencia de centrales nucleares en esta región-, todo parece indicar que la resolución de la crisis fue ideada ayer mismo por Rodríguez Ibarra.

Los hechos que avalan esta hipótesis se ven reflejados en el modo en que se ha resuelto: la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente será regida por el consejero hasta hoy de Industria y Energía, Eugenio Álvarez Gómez, y ésta, por el secretario provincial de la UGT, Antonio Rosa, el cual, según había manifestado el mismo Rodríguez Ibarra, iba en principio a ocupar otro cargo, el de secretario de relaciones del Gobierno autónomo con la Asamblea.

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El propio Antonio Rosa ha afirmado que tuvo conocimiento de su nombramiento como consejero el domingo por la noche. Y en la última reunión del Consejo de Gobierno celebrada en la tarde de ayer no se pudo nombrar a nadie para cubrir el cargo al que estaba destinado Rosa por no tener previsto un sustituto.

La dirección de la central de Almaraz, hizo pública ayer una nota en la que afirma que "todas las incidencias", recogidas en las informaciones de prensa durante el pasado fin de semana "han sido notificadas, comentadas y aclaradas por la propia central ante los organismos a los que compete velar por la seguridad de estas instalaciones en España".

Añade la nota que "pretender juzgar la seguridad o no de esta central nuclear por la suma o relato de incidencias puede producir un efecto equívoco en la opinión pública. Ligar, además, la revisión de equipos que se realiza durante las paradas de recarga con posibles defectos de la instalación es tanto como desvirtuar la verdadera finalidad de una operación de prevención".

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