Libro de historia
Una enciclopedia cualquiera de nuestra edad escolar informaba elusiva sobre don Juan de Austria: "Hijo natural de Carlos I de España y V de Alemania", decía; o bien "hermano natural de Felipe II que sofocó la rebelión de los moriscos". Demasiada naturaleza adjetivada, en fin, para unos críos a quienes la palabra "bastardo" hubiera hecho preguntar al profe. Precisamente Jeromín, la película de Luis Lucía de 1953, complementa con imágenes esas páginas exaltadoras y eufemísticas de nuestro pasado.El muchacho Jeromín representa en un solo cuerpo los valores eternos del hombre histórico español, bien repartidos entre sus humildes años de vida aldeana y papá desconocido y su posterior ingreso en los ambientes señoriaes que su sangre azul, ya desvelada, requiere.
La película se inscribe en los más trillados planteamientos dela producción Cifesa de la época. Un dramón histórico que nos ilustra el camino de los elegidos por Dios y la patria, aunque en el trazo de tan regio destino tengamos que someternos al valle de las lágrimas.
Es probable -bueno: es seguro- que Jeromín provoque hoy más risas que llantos, pero verla es obligación de todo aquel interesado en estudiar los senderos ideológicos que amamantaron la mayor parte del cine franquista.
Jeromín se emite a las nueve de la noche por TVE-2.
