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Xabier Gorostiaga

Iniciador de la alternativa centroamericana para las 'economías de postre'

Nacido en Euskadi, marchó a Centroamérica en 1958 para completar el noviciado en la Compañía de Jesús, que había iniciado en Orduña (Vizcaya). Ya no ha vuelto a despegarse de aquellas tierras más que de forma esporádica para completar estudios, como los de doctorado en Economía por la universidad británica de Cambridge. Su colaboración en la política económica de los países centroamericanos y su participación en organismos internacionales le cualifican para proponer soluciones a los problemas de América Central.

Este jesuita, vasco de origen, panameño por pasaporte y centroamericano de adopción y por devoción, ha visitado Barcelona para intervenir en diversos actos relacionados con la economía centroamericana. Procede de Los Ángeles, en cuya universidad él y reconocidos académicos y políticos estadounidenses realizaron una evaluación de la política norteamericana hacia Centroamérica en los últimos cinco años.Está convencido de que "no existe una solución individual para los países de Centroamérica. Únicamente podrán recuperar su independencia nacional resolviendo juntos sus problemas estructurales, origen y consecuencia de sus economías de postre (café, azúcar, banano, cacao) y de otros productos de agroexportación (algodón, carne, pesca) sin futuro en el mercado internacional".

Asesor económico de Omar Torrijos en las negociaciones sobre el canal de Panamá; presidente del Comité Latinoamericano para redactar un código de conducta de las multinacionales, convocado por Kissinger; director de Planificación Económica en Nicaragua desde 1979 hasta 1981; miembro del Interamerican Dialogue y director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales, amén de otras muchas responsabilidades en el campo de la economía, le convierten en un profundo conocedor de los problemas de aquella región.

Su propuesta para solventarlos podría definirse como la teoría de las cuatro patas. "Los países pequeños de la periferia (PPP) no pueden ser independientes, pero sí pueden diversificar su dependencia económica apoyándose en cuatro mercados: Estados Unidos, Europa, América Latina y los países socialistas. Pero todo ello sin perder de vista la relación especial con los países no alineados y estableciendo una nueva relación Sur-Sur".

En su opinión, "Europa, y España en especial, deberían jugar un papel relevante para romper la política norteamericana de control del patio trasero, permitiendo una profunda transformación socioeconómica simultánea con la creación de una democracia participativa. En este sentido, Nicaragua puede ser un punto de referencia para el resto de los países centroamericanos".

En una zona con el 67% de la población en situación de pobreza y el 42% en estado de miseria, Gorostiaga ha optado por la causa de los pobres, lo que implica "la defensa de la soberanía nacional de los países pequeños de la periferia para romper su marginalidad a nivel internacional".

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