El óleo obra de Goya 'Duelo de brujas', valorado en 40 millones, sale a subasta
La casa Sotheby's ofrecerá en subasta hoy en Madrid la obra Vuelo de brujas, de Goya, valorada en 40 millones de pesetas, junto a otras importantes obras pertenecientes a un lote, lo que significa, de algún modo, la celebración en el mercado del arte de la reciente reglamentación de la ley del Patrimonio Histórico. Edmund Peel, vicepresidente de Sotheby's España opina que hasta el momento el mercado del arte español era de una pobreza indigna de la alta calidad del arte de este país. "A nivel de imagen era una verdadera vergüenza", manifestó. "Por fin se ha dado una legislación de la categoría que exige el arte español".
La reciente publicación del reglamento de la ley del Patrimonio Histórico Español ha sido una especie de señal de salida para una carrera a la que se ha lanzado el mercado del arte en España. La casa Sotheby's aplazó el año pasado ésta, su subasta más importante, en dos oportunidades para verse favorecida por las nuevas medidas de desgravación fiscal que ofrece esta ley tanto a los vendedores como a los compradores de arte.Entre los incentivos que presenta esta ley figuran la exención del impuesto sobre el patrimonio, la revalorización a efectos de plusvalía en renta, la desgravación a empresas y particulares en la compra y conservación de los bienes declarados de interés cultural y la posibilidad de pagar impuestos con estas obras. A esto se agrega la desaparición del impuesto de lujo (del 26,6% hasta 1984) con la introducción del IVA, un 12%, que se aplicará únicamente a la comisión de la galería, un 10%.
Para Edmund Peel, la subasta que se realizará hoy es la celebración de una ley que permitirá el verdadero fomento del mercado interior. "Debemos esperar para ver lo que ocurre, pero esta ley permitirá que se establezca un mercado transparente, a la vista, y podrá frenar la existencia de un mercado de arte subterráneo, que siempre ha existido. Un mercado transparente ofrece las garantías que se requieren para mantener un mercado interior sano".
El lote de obras de pintura antigua, impresionista y moderna que se someterá a subasta hoy ha estado en exposición desde el jueves 30 de enero, e incluye el Vuelo de brujas, de Goya; San Antonio abad, de Francisco de Zurbarán; y la talla Inmaculada Concepción, de Alonso Cano; La manola de Ramón Casas, y Jardines de Aranjuez de Santiago Rusiñol, entre otros.
El Ministerio de Cultura ha adquirido previamente dos cuadros que estaban incluidos en este lote: Retrato de don Miguel de Unamuno y Bodegón del santo, ambos pintados por José Gutiérrez Solana. La junta de valoración de obras de arte del patrimonio histórico español ha estado reunida en días de la semana pasada para decidir si el Ministerio de Cultura ejerce su derecho a tanteo y retracto, por el que el Estado tiene prioridad en el derecho a la adquisición de obras del patrimonio ofrecidas en venta, sobre la obra de Goya Vuelo de brujas.
Las modificaciones que establece el nuevo reglamento de la ley especifican que este derecho debe ser ejercido por el Estado en el momento mismo de la finalización de la subasta, sobre el precio ofrecido. Un portavoz del ministerio afirmó que no se dará a conocer hasta el fin de la subasta si se opta a este derecho para la adquisición de la obra. Hasta ahora el Estado podía reclamar una obra hasta seis meses después de haber sido vendida. Otra obra de Solana, Mujeres vistiéndose, se subastará el próximo 25 de febrero en Madrid, en la galería Durán.
Vuelo de brujas está valorada en unos 40 millones de pesetas. Se trata de un óleo encargado a Goya por la duquesa de Osuna y pertenece a un grupo de seis óleos sobre el tema de la brujería. Dos cuadros de esta serie se encuentran en el Museo Lázaro Galdiano, otro en la National Gallery de Londres, uno más pertenece a un coleccionista privado en México y él último se encuentra en paradero desconocido.
Desde el final de la guerra civil española, este cuadro, junto con otras obras, fue expropiado por el Gobierno del general Franco a la familia De la Sota, a causa de sus ideas nacionalistas vascas. El cuadro estuvo colgado en el despacho del Ministerio de Gobernación hasta la muerte de Franco. Entonces los dueños del cuadro reclamaron esta obra y por decisión de un juez les fue devuelta.
