Real Madrid, 116; Clesa Ferrol, 61
El partido entre el Real Madrid y el Clesa Ferrol (116-61) quedó reducido a lo anécdotico. Se encontraron en la cancha cuatro jugadores, dos en cada equipo, con el mismo apellido, pero con distinta concepción de la práctica del baloncesto. Mientras los madridistas intentaban la canasta con prontitud, los gallegos jugaban la pelota en el exterior de la zona para evitar mayores compromisos.Del mismo modo se desarrolló todo el partido. Únicamente Nate Davis se mostraba acertado tanto en los lanzamientos como en las entradas hacia el aro. El mejor jugador del Clesa fue su afición, que le acompañó desde tierras norteflas para inculcarle los suficientes ánimos de victoria. Con tan poco bagaje, el Real Madrid no encontró adversario que le pusiera las cosas difíciles.
Tan perdido estuvo el Clesa en la cancha que hasta el mismo entrenador, Moncho Monsalve, fue penalizado con una falta técnica por su constante disconformidad con el criterio. arbitral. Demasiadas meigas vieron durante el segundo tiempo los jugadores gallegos, que dedicaron su atención más a seguir la actuación de la pareja arbitral que a crearle problemas al Real Madrid.
Lolo Sairiz, entrenador del equipo madridista, dispuso de dos equipos distintos en cada tiempo. Mientras en los primeros veinte minutos utilizó a los considerados teóricamente titulares, en la segunda parte dio entrada a aquellos jugadores menos favorecidos en los partidos comprometidos, sin que por ello variara su dominio abrumador. Al final, 55 puntos de ventaja para el Madrid.
