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Reportaje:Ante las elecciones de Galicia

El don de la oportunidad

Pío Cabanillas es un raro ejemplo de político que empezó en el franquismo y sigue en la democracia, y esto porque posee el arte de llegar a unos y a otros y tiene el don de la oportunidad. Desde dentro del régimen de Franco tiró con convencimiento a reformista, y en la democracia viene haciendo de moderador, pero siempre en medio.Nacido en Pontevedra hace 61 años, posiblemente heredó el sentido de la moderación de su padre, republicano maurista, que tras la guerra fue confinado en Alba de Tormes. Estudió derecho en Granada, con matrículas de honor en toda la carrera, se doctoró en Madrid con premio extraordinario y luego sacó las oposiciones a notario y a registrador de la propiedad. Consolidada así una sólida posición social, después de una etapa empresarial con el grupo Barreiros, entró en la política de la mano de José Solís, quien en 1960 le llamó para ser jefe de los servicios jurídicos de la Organización Sindical. El régimen empezaba a abrirse.

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Después fue subsecretario de Información y Turismo con Manuel Fraga y, tras un breve retiro como presidente de Tabacalera, desempeñó él mismo la cartera. Estando en este puesto, en 1974, se fotografió en Cataluña con una barretina. Era un gesto oportuno, corno después quedaría demostrado, pero sus enemigos lo utilizaron y con ese gesto como excusa y la razón de fondo de su política de liberalización de la Prensa, los últimos reductos del franquismo duro lo derribaron. Pero los tiempos ya eran otros. Muerto Franco, reaparecería en la democracia con el Partido Popular, precursor de UCD, y aún, sigue.

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