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La RFA, un nido de espías

El Gobierno de Bonn reestructurará los servicios secretos

Bonn espera que esta semana rueden las primeras cabezas y comience la reorganización de los servicios de información tras la huida a la República Democrática Alemana (RDA) del jefe de grupo en los servicios de contraespionaje, Hans Joachim Tiedge. En Bonn se cree que será destituido el presidente del Servicio Federal de Información (BND), Heribert Hellenbroich, quien hasta el 1 de agosto desempeñó la presidencia de la Oficina Federalde Protección de la Constitución y siempre había protegido a Tiedge. La crisis de los espías que vive la República Federal de Alemania (RFA) sufrió ayer dos nuevas incidencias: la detención de una secretaria y la investigación abierta a un alto funcionario sospechoso de vender información sobre blindajes.

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, La noticia de la detención de la secretaria, Margarete Hoecke, que trabajaba en la Presidencia de la República, cayó como un mazazo sobre el país. Al principio se temió incluso que pudiera ser una secretaria del presidente de la RFA, Richard Weizsaecker, pero más tarde fuentes oficiales deshicieron el rumor, aunque sin explicar qué funciones desempeñaba la detenida. A última hora se habló de la eletención de un alto funcionario de la oficina de abastecimiento de las Fuerzas Armadas en Coblenza, de quien se sospecha que pudo haber "vendido al otro lado análisis de planchas de vehículos blindados". El fiscal federal, que confirmó la noticia de la detención de la secretaria sin dar detalles sobre su identidad, precisó que el alto funcionario no estaba detenido, sino que estaba sometido a una investigación.El ministro del Interior, el socialcristiano Friedrich Zimmermann, anuncia hoy en una entrevista concedida al diario Bild que se tomarán "medidas personales" en el curso de la semana, tras conocer detalladamente la situación provocada por la crisis de los espías. "Lo que es extremadamente urgente ahora mismo es una reorganización de nuestro contraespionaje y el desarrollo de nuevos métodos operativos de investigación", dice.

El mismo periódico apunta la hipótesis de que Tiedge trabajase probablemente para la otra Alemania desde el año 1983. Zimmermann no excluye la posibilidad de que Tiedge empezase a trabajar para el Este después de la muerte de su mujer y advierte que "hay que partir de la base del peor de los casos". Para hoy está prevista una entrevista de Ziminermarin con el cancilier, Helmut Kohl. El ministro informará mañana al Gabinete y a la comisión parlamentaria encargada del control de los servicio secretos.

Un periodista buen conocedor de los servicios secretos, Heinz Vielain, calcula que con la huidade Tiedge han quedado quemados unos 100 agentes de Bonn, que ya no podrán viajar más "al otro lado del telón de acero", donde se encuentran actualmente cuatro en una situación de peligro. El Bild calcula que los daños son mayores y eleva a 200 el número de agentes dobles que han quedado inutilizados para los servicios secretos de Bonn. El periódico supone que dos agentes capturados en la RDA hace dos años, y luego condenados a 12 y 15 años de cárcel, hay que apuntarlos a la cuenta del huido Tiedge.

En un punto coinciden todos los comentaristas en la RFA: en echarse las manos a la cabeza ypreguntarse cómo ha sido posible un caso así.

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El derechista Bild am Sonntag y el semanario progresista Der Spiegel coinciden al calificar los servicios secretos de la RFA: "Nuestro Estado, agujereado como un queso" (Bild) y "Los servicios secretos alemanes son como un colador" (Spiegel).

Un examen de las circunstancias del caso hacen más creíble la hipótesis de que la huida a la RDA ha sido más bien una decisión de última hora de Tiedge, probablemente desde que el 1 de agosto dejó la presidencia de la oficina su protector Hellenbroich, que pasó a dirigir en Múnich el BND.

Tiegde no encaja de ninguna manera en el esquema habitual del espía del Este. Con sus 125 kilos de peso, pelirrojo, sus escandalosas borracheras y la vida desordenada, Tiedge era demasiado llamativo para un trabajo de espionaje. Sus posibles jefes en Berlín Este, Markus Misha Wolf, el jefe del Servicio de Seguridad del Estado, el famoso Stasi, ya le habrían llamado al orden yse habrían preocupado de que un hombre tan bien situado, en la oficina pagase puntualmente su impuesto municipal por el perro Nerón, las cuotas de la sociedad carnavalera, las deudas en los bares y hasta la cuenta del teléfono, que fue cortado hace una semana por falta de pago.Viejos amigos

La situación, a consecuencia del caso Tiedge, se presenta muy delicada para el jefe del BND, Hellenbroich, que en varias ocasiones protegió a Tiedge y evitó que se tomasen medidas disciplinarias contra el huido. Hellenbroich hizo una carrera paralela con Tiedge en la oficina. Los dos cuentan 48 años y entraron juntos como agentes; Hellenbroich había desempeñado antes el puesto que tenía Tiedge al huir y consideraba el alcoholismo y la situación familiar del funcionario como "un problema social".

La explicación de que Hellenbroich no actuase contra Tiedge se basa precisamente en un intento de evitar lo ocurrido. Se piensa que un jefe de contraespionaje herido en su orgullo o maltratado es una pieza fácil para el otro lado y habría podido pasarse. Esto es lo que en realidad ha ocurrido tras la marcha de Hellenbroich de la oficina, en Colonia, al BND en Múnich. Probablemente Tiedge, al enfrentarse a un nuevo jefe desconocido, se sintió sin protección y, asediado por las deudas, no vio más escapatoria a su situación personal, desesperada, que ofrecer sus conocimientos al otro lado del muro.

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