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El general Jorge y su 'mafioso', compadre

El escándalo de la urbanización Iguereta ha venido a facilitar la reorganización de las fuerzas policiales de Perú, que ya estaba prevista en los planes de campafía presidencial del nuevo presidente del país, Alan García. Apoyado en el consenso ciudadano sin fisuras, éste ha podido golpear de manera rápida y contundente al mando policial: el 16 de agosto, dictaba la destitución definitiva de 37 generales de dos fuerzas policiales: la Policía de Investigación de Perú (PIP) y la Guardia Civil.El ministro del Interior, Abel Salinas, explicó que la medida no era la última ni implicaba un prejuzgamiento penal. Sin embargo, por el perfil de algunos jefes destituidos parece que la medida se vincula con las actividades de tráfico de drogas, contrabando y otros delitos conexos. En la relación de generales de la PIP, aparece José Jorge Zárate, hasta hace poco jefe del Estado Mayor de esta institución. Jorge (tal es su apellido) actuaba de bisagra entre Rodríguez López y el alto mando de la PIP. Diversos testimonios señalan a este general como el hombre que introdujo al citado traficante en la sociedad policial.

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Jorge es compadre de Rodríguez López, pues e$l padrino de bautizo de un hijo del traficante.

Tal calidad de padrino de un hijo de el padrino aparece dotumentada en un filme en color procesado en el laboratorio de Rodríguez López, que no sólo muestra el acto, sino la muy regada y bailada fiesta que siguió a continuación. Más de un brindis en primer plano detalla el cálido nivel de las relaciones entre el jefe policial y el mafioso. La exhibición de este testimonio en un programa periodístico de la televisión fue un impacto que conmovió a la opinión pública limeña.

El hoy destituido general Jorge cultivó además la amistad de Luis López Vergara, el itinerante asesor del multiministro Luis Percóvich. Existe un documento notarial que establece que también tenían relaciones comerciales, por las que prueba que el general vendió al asesor un automóvil BMW modelo 323-1 de 1981 en 17.000 dólares, algo verdaderamente notable para el nivel de vida que puede permitirse un asesor de bajo nivel y hasta un general de la PIP.

El general Jorge ha dado explicaciones curiosas sobre esta operación y ha dicho que tal contrato era falso. Después recordó que su BMW fue robado y él nunca más supo de su existencia. Lo que no explica es cómo o por qué el documento notarial apareció en una oficina de su Compadre Rodríguez.

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