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El FBI está interesado el financiero español Jaime Ballestero

Francisco G. Basterra

El Buró Federal de Investigación (FBI) está interesado en el financiero español Jaime Ballestero Aguilar, que, en los años 1980 y 1981, consiguió un préstamo de 45 millones de dólares (7.290 millones de pesetas) en bancos suizos y norteamericanos que nunca devolvió, informó ayer The Wall Street Journal. Ballestero, que aseguró el préstamo con joyas teóricamente valoradas en 90 millones de dólares, que luego resultaron no valer ni una décima parte de esta cantidad, dijo al periódico, desde Madrid, que "ésta es una cuestión muy delicada sobre la que hace años decidí mantener la boca callada".

Ballestero, que nunca ha sido perseguido legalmente por esta historia, es descrito por The Wall Street Journal como un "guapo y elegante español", jugador de polo y que afirma poseer una fortuna de 92,8 millones de dólares, con unos ingresos anuales de 13,6 millones de dólares.

Un portavoz del FBI, citado por el periódico, dijo en Indianápolis que Ballestero "interesa" a este organismo policial por una serie de transacciones financieras que está investigando esta agencia federal. Dos instituciones financieras relacionadas con el caso Ballestero, el Chemical Bank de Nueva York y la American Fletcher Corporation, de Indianápolis, se negaron a comentar el asunto. Un portavoz de este último banco no quiso comentar si la investigación del FBI se refiere a este banco, cuyo subsidiario en Suiza fue uno de los prestamistas de Ballestero. Ocho bancos prestaron los 45 millones de dólares, en francos suizos, a cuatro compañías del principado de Liechtenstein controladas por Ballestero: Ultron Ag, Deminter, SA, Holding Saint Georges, SA, y Establishment St. Georgs, SA

Sofisticado fraude

The Wall Street Journal asegura que 16 bancos en cinco países y centenares de inversores han podido perder 135 millones de dólares en éste y en otros casos relacionados con préstamos garantizados con piedras preciosas. "Los investigadores aseguran", escribe el periódico, "que estas transacciones, algunas de las cuales están relacionadas entre sí, representan uno delos más sofisticados fraudes jamás vistos en Europa".La mitad del crédito obtenido por ballestero estaba destinado a la Compañía Frutera Suramericana, SA, (SAFCO), la mayor exportadora de fruta de Chile, en la que Ballestero controlaba el 68% del capital. La otra mitad era para desarrollar un grandioso proyecto turístico en la isla de Menorca. llamado Shangri La. Pero enseguida, relata The Wall Street Journal, el imperio Ballestero se vino abajo. SAFCO presentó quiebra en noviembre de 1981 en medio de acusaciones de fraude por parte de sus acreedores. En Menorca nunca se construyó ninguno de los ocho grandes hoteles de que había hablado Ballestero, porque el Ayuntamiento de Mahón no dio ningún permiso de obras para Shangri La.

A comienzos de 1982 los acreedores se dieron cuenta de que el préstamo a Ballestero no iba a ser devuelto. "La falta de pago se debe a circunstancias que están fuera de mi control", dijo entonces el hombre de negocios español. Ballestero ordenó vender algunas propiedades que tenía en Menorca y afirmó que prefería que, por razones sentimentales, no se vendieran los diamantes que garantizaban el crédito. Para entonces, las compañías de seguros y los bancos envueltos en el caso habían descubierto con estupor que los diamantes, depositados en unas cajas fuertes de unos almacenes del aeropuerto de Zurich, eran piedras de escaso valor que no valían ni siquiera el 5 o 10% de los 90 millones de dólares en que habían sido tasadas por expertos de Bélgica y la República Federal de Alemania y aseguradas por un grupo de compañías de Londres.

Una compleja batalla legal se libra actualmente ante los tribunales británicos entre una serie de bancos europeos y norteamericanos y un grupo de aseguradores encabezados por Skandia Uk Insurance Co para dilucidar quién es responsable por los 45 millones de dólares impagados de los créditos de Ballestero. Las compañías de seguros aseguran los préstamos pero se niegan a pagarlos porque afirman que fueron conseguidos fraudulentamente. Ballestero asegura que "él no es el principal actor en esta película".

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