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Las relaciones entre la Federación de Fútbol y la Liga Profesional, al borde de la ruptura

Las relaciones entre la Federación Española de Fútbol y la Liga Profesional se deterioraron de tal forma en la asamblea del fútbol del pasado día 9 que se puede hablar de su ruptura. El pacto de conveniencia por el que la Liga destinaría el 30% de los ingresos que recibiese de las quinielas al fútbol aficionado y que sirvió para conseguir la aprobación de la reestructuración de las divisiones nacionales no está firmado ni figura en los estatutos de la Liga Profesional."¡Se acabó. Hasta aquí hemos llegado. No hay asamblea que valga!", gritó en un momento el presidente de la Federación Española de Fútbol, José Luis Roca, a Antonio Baró, presidente de la Liga Profesional, el pasado miércoles, dos días antes de la celebración de la asamblea. Hay quien cuenta que el presidente de la federación estuvo a punto de dar un puñetazo sobre la mesa en la que cenó esa noche y en la que se gestó un capítulo más del pacto de la reestructuración de las divisiones nacionales.

La Liga Profesional era consciente de que debía sacar adelante esa reestructuración, porque estaba en juego el dinero de las quinielas. José Luis Roca insistió más de una vez que la Liga, como contraprestación, no aportaba más que palabras. Al final consiguió dinero, pero sólo de palabra.

"Me alegro de que hayas superado tus enfermedades y puedas asistir a una junta de gobierno", fue el saludo, con cierta sorna, que al día siguiente Joseba Arzak, presidente de la federación guipuzcoana y directivo de José Luis Roca, le dirigió a Antonio Baró al inició de unas de las escasas reuniones de la federación española a la que éste ha asistido. "A veces las enfermedades son oportunas", dicen que contestó el presidente de la Liga Profesional, detalles que dan idea de las tensas relaciones que existieron entre los directivos de la federación y Baró.

En esa reunión de la junta de gobierno de la federación española Antonio Baró pasó también por momentos desagradables cuando, según varios asistentes, el presidente de la federación tinerfeña, Juan Padrón, también directivo de Roca, "le puso contra las cuerdas".

Plazos y cantidades

Juan Padrón exigió a Baró plazos, con fechas y cuantía, de la contrapartida del pacto. "La Liga Profesional no puede dar nada", fue la respuesta. El ambiente se puso tan tenso que llegó un momento en que Baró planteó qué pasaría si la Liga Profesional decidía que no hubiese descensos de Segunda B, con lo que se cerraría la entrada y salida de clubes afiliados a la misma. La réplica fue inmediata: ¿Qué sucede entonces con las Copas de Europa en las que la inscripción de los clubes pasa por la federación?El pacto consistió en que la Liga Profesional, una vez saldadas en su totalidad las deudas de sus clubes, destinará el 30% del dinero que reciba de las quinielas al fútbol aficionado. Tanto la federación española como las territoriales y los clubes de Tercera División, cuyo ámbito ha quedado reducido al fútbol aficionado, también quieren participar del pastel de los millones de las quinielas. Los dirigentes federativos quisieron concretar cantidades y fechas de ese porcentaje. Baró aseguró que en los estatutos de la Liga Profesional se establece ese porcentaje destinado al fútbol aficionado. Pero no dijo en qué artículo, porque en realidad no consta.

Roca zanjó la tensa situación al decir que le bastaba la palabra de Baró, quien, a su vez, señaló que el contenido de ese pacto constase en acta, "lo que no es un compromiso firmado", como insistió un directivo de la federación. Otros directivos destacaron el sacrificio de Roca al no querer consumar entonces la ruptura con la Liga, aunque después pareció demostrar lo contrario, en la propia asamblea en que se aprobó a la tercera votación, después de dos negativas, la reestructuración de las categorías nacionales. "Me quedé blanco cuando José Luis Roca indicó a los asambleístas que no merecía votar mi propuesta -la que finalmente se aprobó- porque no añadía nada nuevo a la que resultó derrotada", confesó Baró.

La Liga Profesional consumará el próximo mes de septiembre una separación más de la federación, la física. La Liga Profesional abandonará el local que alquiló a la federación, para trasladarse a unas oficinas que se están acondicionando a marchas forzadas en el paseo de la Castellana, en Madrid.

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