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GENTE

Nicolás Redondo,

secretario general de Unión General de Trabajadores, se llevó un susto considerable el pasado viernes en Oviedo, cuando el ascensor que utilizaba para subir a la planta duodécima de la sede del sindicato en la capital asturiana se detuvo inesperadamente en el tercer piso y comenzó a bajar en picado, hasta detenerse de nuevo en la planta baja. La angustia de Redondo fue compartida por el secretario general de UGT en Asturias, Manuel Fernández, y las otras cinco personas que le acompañaban, entre ellos dos miembros de su escolta. El extraño suceso sigue aún sin explicacíón, porque el examen posterior demostró que el cable del ascensor no estaba roto. A pesar de la comprobación, algunos de los periodistas y militantes ugetistas que se dirigían en ese momento a la conferencia de prensa qué iba a ofrecer Nicolás Redondo optaron por subir y bajar a pie los 12 pisos.

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