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La sombra del sha

Los monárquicos iraníes levantan la cabeza tras seis años de silencio

RAFAEL FRAGUAS, ENVIADO ESPECIAL, Los monárquicos iranies han vuelto a levantar la cabeza. Ciro Reza Pahlevi, heredero del fallecido Reza Pahlevi, rey de la última monarquía fascistizante, derrocada por Jomeini, acaricia la añorada idea del regreso. La sangrienta guerra con Irak y los errores irreversibles del Gobierno de la República Islámica de Jomeini parecen favorecer en el futuro cercano la opción monárquica, según sus fieles. La represión contra la izquierda y la desaparición en combate de los principales exponentes revolucionarios convierten en viable esta vieja opción. Desde dentro del régimen de Jomeini, alguien trabaja en secreto por esta causa.

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Depositario de una fabulosa fortuna, una de las más nutridas del mundo, el heredero del sha cree contar con bazas importantes para hacer viable el regreso de un monarca coronado, él, a la patria de los persas.En el frente político, Shapur Bajtiar, nombrado -primer ministro por el sha Mohamed Reza Pahlevi 39 días antes de ser destronado por los revolucionarios iraníes, en febrero de 1979, ha desplegado ahora en Irán una amplia campaña de resistencia al régimen del ayatollah Jomeini.

Bajtiar dirige el Nehzate Mogavemate Melli ye Iran (Partido Socialdemócrata Nacional de Irán), monárquico, con sede en París. Ha pedido a los iraníes que sigan su programa de resistencia, que consta de nueve puntos. Pedía la retirada de fondos de los bancos, el cese de las compras de los productos vendidos directamente por el Gobierno y el ahorro en el consumo de gasolina.

Del mismo modo, su programa de resistencia demandaba a los banqueros, a las personas relacionadas con la aviación civil y a los aduaneros que le enviaran las listas de todos aquellos que están evadiendo divisas al extranjero para difundirlas con profusión. Se comprometía a elaborar un listado de toda la gente que colabora con el régimen, al tiempo que demandaba a los funcionarios una actitud de trabajo y eficiencia mínimos, para detener la máquina administrativa iraní.

A través de sus dos emisoras, que sus enemigos dicen que emiten desde Irak y Turquía, Radio Irán y Radio La Voz Libre de Irán, Shapur Bajtiar instaba a la gentea reunirse en pequeñas células por barrios y distritos para desplegar actividades de resistencia pasiva. Al mismo tiempo, solicitaba a los guardianes de la revolución que dimitan de sus puestos antes de que sea demasiado tarde.

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También recomendaba la máxima cautela a "los militares fieles a la monarquía" y a él. Naturalmente, las principales destinatarias del mensaje político de Bajtiar son las clases acomodadas iraníes, más respetadas por el régimen de Jomeini de lo que parece desde el exterior de Irán.

Eco en el interior

El fenómeno, que otros sectores de oposición consideran meramente un pensamiento teñido de deseo por parte del temperamental ex primer ministro del sha, es empero totalmente nuevo, tras observar Bajtiar una pausa en la actividad política hacia el interior de Irán de casi seis años de duración, rota sólo por ocasionales declaraciones políticas desde París, donde Bajtiar vive con extrema prudencia tras sufrir un atentado que mató a varios guardaespaldas.

"Mi estado mayor comienza a barajar la idea de convocar una huelga general", dijo el propio Shapur Bajtiar a este diario la pasada semana en París. Lo nuevo de estas declaraciones es la existencia de una situación dentro de Irán que permite a Baitiar encontrar eco a sus palabras.

Sin embargo, sus aproximaciones con Saddam Hussein, presidente de Irak, país en sangrienta guerra con Irán desde 1980, le han restado numerosos apoyos. La izquierda acusa a Bajtiar de mantener nexos con la CIA norteamericana, y estas imputaciones, en un país como Irán, donde el antiamericanismo resta como una de las pocas señas de identidad vigentes, se convierten, según sus adversarios, en obstáculos insuperables para hacer viables sus proyectos.

Alí Amini, quien fuera primer ministro en los años sesenta y ministro de Economía del líder nacionalista Mohamed Mossadeq, primer nacionalizador del petróleo del Tercer Mundo en los años cincuenta, acaricia prudentemente en París ideas similares, pero con diferencias.

Los puentes entre ambos políticos fieles a Ciro Reza Pahlevi parecen, por el momento, rotos. Para Amini, Bajtiar desea acaparar para sí toda la gestión previa a la reentronización monárquica, habida cuenta del desgaste sufrido a su juicio por la casa real iraní, por los errores del sha Pahlevi y por la actual correlación de fuerzas en Irán. "Bajtiar teme quedar en un segundo plano ante el rey", afirma Alí Amini.

Por el contrario, Amini se muestra partidario de colegializar las decisiones políticas orientadas hacia la restauración monárquica, y es un firme defensor de que sea un consejo privado el rector de los pasos del eventual futuro monarca, a quien asigna más autonomía política de la que parece concederle Bajtiar. Sin embargo, considera que habrá de ser un futuro parlamento, elegido tras la creación de una asamblea constituyente, quien reforme la Constitución monárquica restaurada y conceda al parlamento la facultad de designar la jefatura del Gobierno.

Tanto Bajtiar como Amini, que se muestran fascinados por la monarquía constitucional española, insisten en que Ciro Reza, si quiere reinar algún día, deberá hacerlo como monarca constitucional y no como rey absoluto, condición que reprochan hoy al extinto sha.

Amini, que culpa al sha de subestimar la fuerza de la religión, parece más proclive a los acuerdos políticos amplios. Sin embargo, respecto a las formaciones como los Muyaidines Jalk, de Masud Rayavi, o los partidos de izquierda, como el Partido Tudeh (comunista), o los Fedayines del Pueblo, Amini se muestra rotundo: "Nada

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de nada. Ningún pacto, ninguna alianza".Alí Amini cree que el pueblo iraní, a quien considera "decepcionado al 90% con el régimen de Jomeini", precisa ahora mismo la presencia física de Ciro Reza en la escena política iraní, "como una esperanza concreta que sirva al pueblo para saber que existe una alternativa tangible, próxima".

Del clero, Amini desea que se separe de la política, "para conservar su carisma y su cometido religioso". Para él, Ia religión cumple una función muy importante entre el pueblo, porque le aleja del comunismo". Dentro del régimen de Jomeini, Amini estaría dispuesto a dialogar, "si lo deseara", con el ex primer ministro interino ayatollah Mahdavi Kani, "un hombre moderado y sensato"

Para el ex primer ministro y miembro del Gabinete del doctor Mossadeq, un aspecto decisivo será, en el futuro, el de las relaciones de Irán con las superpotencias. "De conseguir el regreso del rey a Irán, como monarca constitucional, guardaremos un exquisito cuidado hacia las relaciones con la Unión Soviética", dijo Amini en París a este diario la semana pasada. Respecto a Estados Unidos, se muestra proclive a desarrollarlas amistosamente, "sin privilegios y sin cometer los errores ni las exageraciones del pasado", matiza.

Acción relámpago

En el plano militar, existe otra novedad: la presencia con pertrechos militares, en zonas fronterizas de Pakistán, del general Azhari, último militar jefe de un Gobierno del sha, que persigue una acción relámpago en el Baluchistán, la provincia sureña iraní más deprimida.

Lo grave de la situación, según diversas fuentes, es que Azhari cuenta con la aquiescencia de un influyente sector del interior del régimen de Jomeini, que le daría luz verde para comenzar a eliminar a las fuerzas progresistas. Sería un primer paso en la frenética carrera por alzarse con la sucesión de Jomeini. Este es el broche, contradictorio y enigmático, del actual resurgir de la causa monárquica en Irán.

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