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Reportaje:Recomposición del mapa político

El baile de los candidatos

Ante la proximidad de las elecciones, los partidos buscan fichajes en un abundante 'mercado'

Nombres que llenaron varias épocas de la política española se encuentran involuerados en operaciones de distinto signo que se entrecruzan, se complementan o se anulan, tratando de consolidar una alternativa válida frente al socialismo. Entre todas estas operaciones destaca el intento de reconstrucción de un engranaje semejante al de UCD, partiendo desde presupuestos democristianos y contando con muchos de los hombres que contribuyeron a fabricar aquella UCD, que se aprestan a intentar, ahora de manera definitiva, su propia resurrección política. Con todo ello se trata de evitar que se cumpla el vaticinio que arrojan las primeras conclusiones del sondeo encargado por el presidente de la CEOE, José María Cuevas, sin duda el más completo y el más costoso de los realizados desde octubre de 1982: las cifras señalan que el PSOE volvería hoy a obtener la victoria con mayoría absoluta.El secretario general de Alianza Popular, Jorge Verstrynge, almorzó discretamente, a solas, con el secretario general del CDS, José Ramón Caso, el pasado viernes. El día anterior, y no menos discretamente, se reunían en un desayuno de trabajo el presidente del Partido Demócrata Popular, Óscar Alzaga, y el del Partido Reformista Democrático, Antonio Garrigues Walker. Un solo tema, de urgencia, en ambos encuentros, que estaban acelerados por los acontecimientos: las consecuencias de la renuncia de Víctor Moro a ser candidato de Coalición Galega a la presidencia de la Xunta en las próximas elecciones autonómicas de diciembre; unas consecuencias que, según coincidían los cuatro políticos citados, superarán en mucho el ámbito autonómico, para ejercer una influencia directa sobre el conjunto de la operación reformista y, por tanto, sobre la recomposición futura del centro político. Esto es tanto como decir que influirá sobre los movimientos en las alternativas al socialismo gobernante.

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El de Víctor Moro se había convertido, hace apenas dos meses, en el gran fichaje de la temporada. Para lograr su aceptación como candidato de Coalición Galega a la presidencia de la Xunta gallega, el inspirador de la operación reformista, Miquel Roca, hubo de lograr generosas excedencias en el Banco de España, de cuya sucursal en Barcelona Víctor Moro era director, así como la cooperación de alguna otra entidad bancaria privada para situar en Galicia a familiares del candidato.

Antes, el gran fichaje de la temporada se había llamado José Antonio Segurado, quien aceptó reconvertir la moribunda Unión Liberal en el Partido Liberal, miembro de la Coalición Popular, una vez que se frustró el pase de Carlos Ferrer Salat a una vicepresidencia de AP. En Galicia se cuenta que Moro había exigido a Roca "las mismas condiciones" que Segurado había pedido a Fraga: manos libres, nada de zancadillas y posibilidades económicas. Ambiciones personales, el incumplimiento de algunas condiciones, la oposición de un sector de Coalición Galega a mantener una excesiva dependencia respecto de la operación reformista y, posiblemente, lo que en Galicia se denuncia como la "trama" urdida por otros partidos dieron al traste con la candidatura de Moro. Las causas, al fin y al cabo, no habían sido tan lejanas de las que hicieron que, algunos meses antes, Ferrer renunciase a ocupar una vicepresidencia en ÁP tras cesar al frente de la CEOE. Fraga se vio entonces obligado a buscar otras vías para reforzar la Coalición Popular, y surgieron así el PL y el nombre de Segurado. Ahora son decenas los nombres que han entrado en ebullición al conocerse que la operación reformista redefinirá pronto sus objetivos y su estrategia.

Atrás parecen haber quedado planes como, a través de la incorporación de varios de sus miembros a la operación reformista, convertir de hecho al Grupo Parlamentario Centrista del Congreso en un grupo reformista: ni Manuel Núñez -cuya incorporación al PRI) por León había sido ya cantada por Roca- ni Luis Ortiz quisieron acompañar al canario Luis Mardones en su pase al reformismo. Como tampoco quiso hacerlo José Miguel Bravo de Laguna, hoy figura ascendente en la

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formación de Segurado, quien espera vencer pronto las dificultades que una importante multinacional opone para que su empleado, el ex ministro de Asuntos Exteriores José Pedro Pérez Llorca, se reincorpore a la vida política activa fichando por el PL. Pío Cabanillas tampoco llegó a aproximarse siquiera al reformismo a través de la Coalición Galega, pese a los intentos que se hicieron en este sentido.Por lo que se refiere al ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, igualmente miembro del Grupo Parlamentario Centrista del Congreso, nunca pareció sentirse tentado por la operación de Miquel Roca y sí, en cambio, por una "salida europea" -comisario o diputado del Parlamento Europeo- figurando como independiente en las listas de la Coalición Popular, algo que llegó a negociar, pero no a conseguir. Su fiel seguidor político, Luis Ortíz, sí llegó a entablar conversaciones informales con los reformistas, pero AP parece haber ganado la baza ofreciéndole un relativamente seguro número dos en las futuras listas electorales por Zamora.

La 'caza' de AP

No era casual el hecho de que dos figuras políticas tan dispares como Verstrynge y Caso se reuniesen el pasado viernes para almorzar juntos. Al fin y al cabo, AP y el CDS se convertirían en los principales beneficiarios directos de un eventual hundimiento del PRD, hundimiento que, privadamente, ambos partidos anticipan ya. Lanzada a buscar un crecimiento cuantitativo de su militancia, AP, que proclama ser el partido con más afiliados -180.000, según datos no contrastados de la secretaría general aliancista-, ve en los reformistas un obstáculo a su expansión en determinadas provincias, además, naturalmente, de un competidor electoral de la Coalición Popular por el voto de derecha moderada o centro-derecha, competidor que podría costar a la formación que preside Fraga casi 30 escaños en las elecciones generales, según los cálculos hechos por el jefe del gabinete de estrategia aliancista, Alfonso Osorio.

Los planes de Osorio para forzar un "pacto generoso" con el PRD -pacto que los dirigentes reformistas han rechazado siempre hasta ahora- pueden verse alterados si se confirmase el debilitamiento de la operación Roca, confesaron medios de AP. Máxime cuando un sector no pequeño del partido de Fraga se mostraba contrario a "extralimitar la generosidad" en las ofertas hechas a Roca y a otros sectores moderados, como el que representa en Valencia Emilio Attard, con ,quien la dirección de AP intentó concluir un pacto electoral, frustrado a última hora por los propios aliancistas locales. "Las negociaciones por ocupar un puesto en las ya próximas listas electora les priman sobre la política de conveniencia de estrategias y pactos locales", admitió un destacado aliancista.

La apuesta de Suárez

También el CDS tiene mucho que ganar si, como ha apostado Adolfo Suárez, el PRD desapareciese o se viese abocado a un pacto preelectoral con la Coalición Popular; el espacio político de centro quedaría entonces en exclusiva para la formación suarista. Cuando, en octubre próximo, el CDS celebre su segundo congreso, no habrá llegado, pese a todo, a los 30.000 militantes, aunque contará en sus filas con recién llegados tan destacados como el ex embajador en la Unesco Raúl Morodo. Sin embargo, Suárez no ha buscado la incorporación a sus filas de cuadros políticos (recientemente se desechó una posible incorporación del principal inspirador del Centro de Estudios para los Problemas Actuales, Rafael Arias-Salgado, aunque su mujer, Guadalupe Ruiz-Giménez, sí firmó recientemente la ficha de incorporación). Suárez repite que su pretensión consiste en "hacer partido" y que no está dispuesto a negociar puestos y cargos.

También el recién nacido PL de Segurado intenta, posiblemente siguiendo el ejemplo que desde otro espacio político brinda el CDS, buscar "caras nuevas", al margen de las conversaciones ya iniciadas con algunos ex ministros procedentes de la familia liberal ucedista, como el citado Pérez Llorca y Soledad Becerril; los liberales de Segurado buscan ahora sus fichajes políticos entre gentes como los presidentes de colegios de médicos provinciales, donde el PL está logrando una relativa implantación, de acuerdo con portavoces de este partido.

Por otro lado, el encuentro entre Oscar Alzaga y Antonio Garrigues, mantenido a petición del segundo en la mañana del pasado jueves, se enmarca en un contexto diferente (véase recuadro adjunto).

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