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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Dos tramposos con suerte', comedia burlesca

Sidney Poitier y Bill Cosby, animados por el éxito obtenido anteriormente, intentaron nueva fortuna en Dos tramposos con suerte, cuyo título original, Vamos a intentarlo otra vez, resulta esclarecedor. Se trataba de una nueva comedia dirigida al público de clase media o baja de la población negra que podía divertirse con otros personajes de color sin sentirse afectados en su dignidad, lo contrario de lo que generalmente les ocurre en las películas dirigidas por blancos.Dos tramposos con suerte tiene difícil traducción en España. Los juegos de palabras de Bill Cosby y su acento, que fueron claves en el éxito del filme, no tienen igual en el doblaje. Quizás por ello se retrasó en España su estreno y probablemente también por esa razón no obtuvo entonces un éxito similar al logrado en Estados Unidos, donde no sólo el filme, sino el disco editado a su costa, rebasaron los taquillajes del momento (1975).

Los críticos (blancos) celebraron también la aparición del filme, encontrando que reunía un buen número de situaciones divertidas, pero sin abandonar por ello los reproches. El primero, que destacó New Yorker, se refería a la excesiva duración de la peripecia, al menos en el sentido de que ésta, a su juicio, concluía hacia la mitad de la proyección, siendo la segunda parte una mera repetición de la primera. De ahí que el título Vamos a intentarlo otra vez tuviera otra lectura más.

El segundo, lanzado por el crítico de The New York Times, y secundado por sus colegas, hacía referencia a la interpretación de Sidney Poitier quien, al tiempo, dirigía el filme. Según esos juicios, Poitier evidenciaba encontrarse mal dentro de su personaje, inhibido y avergonzado, "enfermo de humillación" por la banalidad de las situaciones que interpretaba, tan lejos del cine serio que le había hecho popular. En todo caso, respetó el trabajo de sus compañeros ofreciéndoles frecuentes primeros planos y la consiguiente oportunidad para el lucimiento. Y es cierto que andaba en la película como gallina en corral ajeno, aunque fuera su principal responsable. Siguiendo con los símiles zoológicos, de Bill Cosby se dijo que parecía una oveja muerta de hambre disfrazada de lobo": fue quien obtuvo el mayor éxito.

Las andanzas de los dos personajes, efectivamente repetidas, contienen mentiras, carreras, huidas, enfrentamientos con gánsteres y policías, un delirio exagerado que de alguna manera heredó la tónica de Hal Roach y Harold Lloyd: un juego de hipnosis referido al mundo del boxeo donde la suerte alimenta la picaresca de los personajes y la desdicha a los malos de la función.

Dos tramposos con suerte se emite hoy a las 22.55 por TVE-1

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