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Cambios en el quipo político de Javier Solana

Los cambios pueden agilizar la burocracia, según altos cargos

A pesar de la dimisión de Jaime Salinas y de la probable de Mario Trinidad, el optimismo es la nota más generalizada entre los altos responsables del Ministerio de Cultura, cuya reestructuración les afecta directamente. Jaime Salinas, hasta ahora director general del Libro, asegura dimitir "por cansancio". Los cambios, según estos responsables, pueden agilizar el funcionamiento del departamento si se consigue agilizar la burocracia.A otros niveles de la Adminis- tración, sin embargo, se percibe ante la reestructuración una in- quietud que ha querido ser ali- viada oficialmente con el anuncio de que la remodelación promoverá funciones mejor retribuidas y de mayor cualificación.

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Pilar Miró, directora general de Cinematografía y a partir de ahora directora general del Insti tuto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, parece escéptica sobre el funcionamiento de la burocracia, aunque espera que la reestructuración anunciada beneficie a la industria del cine, que hasta ahora recibía "las subvenciones anticipadas" cuando las películas para las que se habían pedido ya estaban estrenadas.

Rafael Martínez Alés, director del Instituto Nacional del Libro Español (INLE), que deja de ser autónomo y pasará a depender de la Dirección General del Libro, considera que la reestructuración "parece haber sido hecha con mucha racionalidad", aunque estima que "no se le da la suficiente importancia al libro" en la fórmula que se ha adoptado. "Me hubiera gustado", señala Martínez Alés, "que el libro estuviera mejor situado".

La nueva condición del INLE como elemento adscrito a la Dirección General del Libro ha causado preocupación en el Gremio de Libreros, según dijo un portavoz. "Los libreros piensan que hasta ahora han tenido en el INLE un interlocutor cercano. Ahora creen que se encontrarán con el Ministerio de Cultura como algo lejano de ellos. El INLE puede perder funcionalidad, pero, sin duda, ganará en capacidad política y su actividad estará más vertebrada después de que se definan sus funciones".

José Manuel Garrido, director general de Música y Teatro hasta ahora y nuevo responsable del Instituto de Artes Escénicas, cree que la nueva entidad está obligada a realizar una gestión "mucho mejor que la que se ha hecho hasta ahora". Garrido recuerda que los nuevos institutos tienen una proyección comercial y gerencial. La música, el ballet y el teatro exigen una gerencia que antes existía de modo disgregado, "una sola dirección permitirá articular mejor sus competencias".

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