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'Mágico' González, al Valladolid porque el presidente del Cádiz perdió un avión

Mágico González fichó por el Real Valladolid gracias a que Manuel Irigoyen, presidente del Cádiz, su anterior club, perdió en la noche del jueves el avión que tenía que llevarle de Madrid a Sevilla. La increíble historia del fichaje del internacional salvadoreño tuvo el final que se merecía, superrealista y con un suspense, que no habría mejorado ni el propio Alfred Hitchcock.Los tira y afloja económicos parecían haber concluido el miércoles, pero al día siguiente varios periódicos recogían unas declaraciones en las que el jugador aseguraba que no se movería de Cádiz. Daba la impresión de ser una maniobra de despiste, porque ese mismo día, el jueves, habían quedado citadas las partes para la firma del contrato en Madrid. Pero entonces estalló la guerra entre Mágico González e Irigoyen.

Como las cesiones de jugadores extranjeros no son legales, ambos clubes acordaron suscribir un contrato de traspaso más otro que garantizaba la vuelta del salvadoreño al Cádiz a partir del 30 de junio. Y ahí surgió la discrepancia: Irigoyen pretendía aplicarle un aumento del 10% sobre su no demasiado abultada ficha, y Mágico quería sacar más dinero. Y en medio, un Gonzalo Alonso, presidente vallisoletano, que no daba crédito a lo que veía. Él había llegado a un pacto con las otras dos partes -cinco millones para el Cádiz y tres para el jugador-, pero el fichaje se podía ir al garete. Y varias horas se fue, porque Irigoyen, enfadado con Mágico y con su representante, dio un portazo y se marchó al aeropuerto de Barajas.

Menos mal que Irigoyen perdió el avión y no tuvo más remedio que volver al hotel. Era tarde y la intimidad de la noche ayudó también. Se reanudaron las conversaciones, y a las 2.30 del viernes, cristalizaron. Toda esta rocambolesca historia pasó inadvertida para la mayoría de los medios de comunicación, que en la mañana de ayer daban como hecho el fichaje. Y acertaron porque, como en los cuentos, hubo final feliz, pese a un proceso tan complicado.

Tras la odisea, Mágico apareció en Valladolid a las 13.30 de ayer, y lo primero que declaró es que tenía "mucho frío y mucho sueño". Lo primero es normal en estas tierras; lo segundo, en él. El jugador negó muchas de las declaraciones que estos días se han puesto en su boca -"en Cádiz dicen de mí muchas cosas"- y aseguró que "no soy un golfo, aunque tampoco un modelo". Pese a la rapidez con que tuvo que desplazarse a Valladolid, no ha olvidado traerse a su mayordomo, un hombre imprescindible para Mágico por cuanto es el encargado de hacerle la habitación, prepararle las comidas y, lo que es más importante, despertarle.

El salvadoreño se alineará, casi con toda seguridad, el domingo frente al Real Madrid, aunque el entrenador Redondo tendrá que comprobar antes su estado fisico, ya que el propio Mágico reconoce que lleva varios días sin entrenarse.

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