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El Gobierno regional teme un "desastre ecológico" en los olmos

Miles de olmos repartidos por toda la región madrileña, y en general por toda España, se encuentran en peligro de extinción a consecuencia de una enfermedad conocida como grafosis, provocada por un hongo, el ceratocystis ulmi, cuya acción bloquea los vasos circulatorios de la savia y provoca la muerte del ejemplar en pocas semanas. El Gobierno regional de Madrid ha calificado esta amenaza como "un desastre ecológico" y ha hecho públicas una serie de medidas preventivas.

Jorge Tinas, director del servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, afirmó el pasado viernes que, si no se logra atajar la epidemia, es muy probable que la mayoría de los olmos existentes en la ciudad tengan que ser talados.La Comunidad de Madrid ha editado un folleto divulgativo sobre el problema.

El citado folleto, cuyo contenido se recoge en la revista Comunidad de Madrid, editada por el Ejecutivo regional, señala que la epidemia ya está difundida por toda la región madrileña, "salvo en algunos parques urbanos, como el Retiro, de Madrid, donde existen aún ejemplares muy valiosos". Fuentes del Gabinete madrileño no pudieron facilitar datos concretos sobre el número de árboles afectado ni su porcentaje respecto del total de la región.

En la Casa de Campo

La epidemia se reproduce con velocidad y virulencia. Ha afectado ya a los municipios madrileños que, precisamente, recogen la denominación del árbol en sus nombres: Olmeda de las Fuentes, Villar del Olmo y Valdeolmos. Se ha extendido también por la vega del Tajuña, desde Ambite hasta Aranjuez, y afecta ya a las localidades situadas en el límite con Guadalajara.Asimismo, se han detectado numerosos ejemplares enfermos en la Casa de Campo, de Madrid; Villaviciosa de Odón; Quijorna, y Aldea del Fresno, y el mal se va propagando hacia las estribaciones de la sierra de Guadarrama.

Hoy, según recoge el folleto de la Comunidad de Madrid, no se conocen medidas de lucha directa contra la enfermedad. No hay más remedio que talar los árboles y las ramas que presenten los síntomas, así como desinfectar las herramientas utilizadas y quemar inmediatamente la madera cortada, o almacenarla en locales techados y cerrados herméticamente. Los olmos afectados por la grafosis segregan una toxina que envenena los tejidos vegetales de los árboles sanos cercanos.

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Técnicos británicos están en contacto con los del Ayuntamiento y la comunidad autónoma. Según afirmó Jorge Tinas, en el Reino Unido ya se registró la misma plaga hace años, y no hubo más remedio que talar miles de olmos.

La grafosis apareció por primera vez en Europa al final de la I Guerra Mundial, y se extendió hasta alcanzar territorio español a principios de los años 30. En la actualidad se trata de una nueva cepa del hongo ceratocystis ulmi, de origen norteamericano, muy agresivo, que entró en España por los Pirineos, en 1980.

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