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La dirección del PSC se empleó a fondo para evitar el triunfo de las tesis anti-OTAN

El máximo dirigente de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, y la plana mayor de la dirección del partido pusieron ayer en juego todo su prestigio para que el Partit deis Socialistes de Catalunya (PSC) no aprobara una resolución dura a favor de la salida de España de la OTAN, desvinculándose de lo que pueda aprobar el próximo congreso federal del PSOE y contra las posiciones tomadas por el Gobierno a través de la intervención de Felipe González en el reciente debate sobre el estado de la nación. La tesis aprobada remite la decisión final a lo que decida el PSOE.

La postura del sector oficial del partido, que el mismo Obiols defendió ante el pleno del IV Congreso del PSC, salió vencedora por un 57,78% de los votos de la militancia representada por las delegaciones asistentes a las jornadas congresuales (algo más de 11.000 afiliados). El 39,17% votó en contra y defendió una postura radical y un 3,5% se abstuvo. Algunos pitos y abucheos acogieron la decisión final sobre la OTAN, que los sectores ideológicamente más contrarios a la Alianza Atlántica calificaron inmediatamente de "sucursalista" porque supedita la línea. política del partido en éste asunto a la que decida el congreso federal de diciembre.Los defensores de una salida seca, y sin concesiones, de la OTAN interpretaron la resolución final como una renuncia a la soberanía del PSC, uno de los problemas que más se han discutido en este congreso.

Renegociación con EE UU

La decisión final del PSC sobre la OTAN vincula a los 59 delegados socialistas catalanes que participarán en el congreso del PSOE. Según lo aprobado, el partido considera que fue profundamente negativa para los intereses "de nuestro pueblo" la decisión de entrar en la. Alianza y cree que lo más favorable para España es la retirada. Se remite al referéndum y hace patente que son los españoles quienes habrán de pronunciarse y decidirse, en última instancia, "mediante una pregunta clara y precisa".

Respetada con este preámbulo la ideología antiatlantista del PSC, la resolución aprobada por el congreso obliga al partido catalán a asumir lo que decida el congreso federal. Si éste no denunciase el tratado que actualmente vincula a España a la estructura política de la OTAN, el PSC trabajaría en los objetivos de Ia no integración en el área militar, apertura de un proceso de renegociación con EE UU para una progresiva retirada de las tropas y bases extranjeras del terrritorio español, estricto mantenimiento de la no nuclearización del país y desarrollo de una acción internacional dirigida a la distensión, el desarme y la paz".

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Las posiciones anti-OTAN que ayer perdieron en el pleno del congreso del PSC ganaron, sin embargo, a las cinco de la mañana, en la comisión de Estrategia Política que discutía la cuestión atlantista. El diputado autonómico Francesc Casares protagonizó su defensa, cerrada y sin concesiones, hasta el extremo de derrotar todas las enmiendas alternativas o transaccionales de la dirección.

Casares hizo triunfar en comisión la tesis "del retorno a la situación anterior a la entrada de España, en la OTAN", previa celebración de un referéndum "con pregunta clara y precisa". A esto añadía la exigencia de renegociar el actual pacto bilateral con EE UU "para transformar las bases en instalaciones de carácter técnico y de comunicaciones terrestres y espaciales". El compromiso de España en la defensa de Europa se respetaba pidiendo la apertura de acuerdos multilaterales con otros países occidentales.

En contra de lo que esperaba el sector antiatlantista, Casares no defendió en el pleno del congreso la enmienda que había hecho triunfar en comisión a causa, según su sustituto, de su decaído estado de ánimo. Algunos militantes hablaban de presiones de la dirección y acusaciones de propiciar con su postura una profunda división en el partido.

Los ponentes que defendieron la enmienda radical contra la OTAN acusaron pública y privadamente a la dirección de que sus maniobras para inclinar el voto a su favor habían condicionado la libertad del congreso para poder decidir sobre esta cuestión.

Obiols recordó que la OTAN no es sólo problema de conciencia, sino también político, y que el marco decisorio es el comité federal, donde el presidente González expondría las razones de la iniciativa que tomó en el Congreso de los Diputados. Llamó la atención de los congresistas sobre la "dificultad traumática de quedar ligados por una solución contraria a la del congreso federal" y pidió pragmatismo para no llegar a contradicciones profundas e irresolubles que obligaran a los socialistas catalanes a celebrar un congreso extraordinario sobre la OTAN.

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