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Un portavoz oficial afirma que no hay presos políticos en China, sino "contrarrevolucionarios"

En China "no hay presos políticos, sólo contrarrevolucionarios" manifestó ayer en Pekín un portavoz de la Oficina de Seguridad Pública. Wang Jingrong explicó, en una conferencia de prensa ante periodistas extranjeros, destinada a ofrecer un balance de la campaña contra la criminalidad iniciada en China en 1983, que un contrarrevolucionario es una persona "que busca derrocar el sistema socialista".

Los observadores políticos en Pekín estiman que China cuenta actualmente con un cierto número de presos de opinión, entre los cuales se encuentran los impulsores del movimiento pro democracia conocido como Primavera de Pekín 1978-1979, cuyo representante más conocido, Wei Jingsheng, fue condenado en 1979 a 15 años de prisión.Más de una de decena de sacerdotes católicos de la Iglesia del silencio -que se ha negado a romper con el Vaticano- se encuentra en prisión, según el último informe de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos en China.

Wang Jingrong afirmó que la Oficina de Seguridad Pública, entre cuyas actividades se encuentra la expedición de visados para extranjeros y el mantenimiento del orden, está dedicada también a los "contrarrevolucionarios", salvo los que estén implicados en actividades de espionaje.

En este caso, los detenidos pasan a disposición de otro organismo, la Oficina de Seguridad del Estado, creada el año pasado, y que, según los medios diplomáticos en Pekín, está encargada de vigilar a los extranjeros y sus relaciones con los chinos.

Wang rehusó hacer cualquier comentario sobre el incremento del número de las ejecuciones desde el inicio de la campaña contra la criminalidad, así como sobre el número de personas detenidas. Wang declaró, no obstante, que "en un país como el nuestro, de más de 1.000 millones de habitantes, hay, que ejecutar a algunos para educar a los demás" .

10.000 ejecutados

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Fuentes diplomáticas occidentales caIculan que han sido ejecutadas más de 10.000 personas desde septiembre del año 1983, mientras que el número de detenidos o deportados de por vida a zonas semidesérticas se eleva a 100.000. Las ejecuciones en China se llevan a cabo, generalmente, immediatamente después de que sea dictada la sentencia.Wang indicó que la campaña contra la criminalidad había dado "buenos resultados", aseguró que el indice de criminalidad habia desceridido en 1984.

La actual tasa de criminalidad en China, según Wang, es de cinco por 10.000, en contraste con el 8 por 10.000 del período que siguió a la revolución cultural. Con relación al número de habitantes de China, esto supone un caída del número de crímenes de 800.000 a 500.000, aproximadamente.

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