¿Qué monedas coleccionar?

Es muy frecuente que el interés por la Numismática se despierte ante el hallazgo en un cajón de algunas monedas de procedencia familiar que, con el tiempo, y tras la curiosidad inicial que proporcionan, se convierten en los primeros ejemplares de una futura colección. Generalmente el criterio que sirvió para guardar aquellas monedas no es el que debe guiar a quien desea iniciar una colección.El primer error del numismático nóvel suele ser acumular todo tipo de monedas, de cualquier lugar y época, a partir de ese núcleo inicial con lo que pierde tiempo y dinero mientras llega el inevitable momento en que descubre que aquel conjunto incoherente no es una colección ni podrá serlo jamás. Una colección de monedas debe iniciarse con unos criterios claros de coherencia temática, con unos límites precisos en el espacio geográfico o político que abarque en el tiempo y en sus valores.

El interés personal por el arte, la cultura o la historia de un lugar o una época determinada puede ser un buen punto de partida para elegir el objeto de una colección de monedas. Una vez dado ese primer paso habrá que estudiar el aspecto económico de la decisión: el precio de las monedas es un factor limitativo para cualquier coleccionista, que deberá elegir aquellas series -oro, plata o cobre- a las que tenga acceso, de acuerdo con su poder adquisitivo.

También se deberá tener en cuenta la posibilidad de obtener con cierta facilidad nuevas piezas con las que aumentar la colección. La elección de series excesivamente raras, no necesariamente caras, como tema de colección puede hacer casi imposible el conseguir otras monedas con las que enriquecerla.