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Francisco da Costa Gomes

El general que fue presidente de Portugal tras el '25 de abril' trabaja ahora por la paz y ha asistido a la Universidad de Sant Cugat del Vallès

De España, ni buen viento, ni buen casamiento es un dicho popular portugués que intenta ser el reflejo de la opinión tópica de algunos de los vecinos que, al otro lado de la frontera, comparten el territorio de la península. La frase la recitaba a EL PAIS, entre sonrisas, Francisco da Costa Gomes, general en la reserva del ejército portugués y ex presidente de la República portuguesa tras la revolución de los claveles, entre septiembre de 1974 y julio de 1976. Da Costa Gomes, de 70 años de edad, ha participado en las sesiones de la Universidad Internacional de la Paz de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

El mariscal recordó el refrán al conversar acerca de las relaciones entre España y Portugal. Él no cree en el contenido de la frase porque tiene muchos amigos españoles y nos visita periódicamente.Da Costa Gomes nació en Chaves, y ahora está domiciliado en Lisboa, en un piso que comparte con su esposa y un hijo, licenciado en Matemáticas. Su currículo profesional es extensísimo, no en vano es el general con más años de mando de tropas en campaña. Conoce bien las naciones africanas que hasta época reciente fueron colonias portuguesas ("las provincias ultramarinas", recuerda), porque fue comandante en jefe de las fuerzas armadas en Angola. Cree firmemente que en un plazo de tiempo no muy largo quedarán olvidados en su país todos los traumas bélicos, consecuencia de la larga guerra colonial. Como prueba de que las heridas están cicatrizando, el general se refiere al creciente número de portugueses que se desplazan a las antiguas colonias para trabajar

Cuando se le cita el nombre del teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, en la actualidad detenido, señala que se trata de un hombre íntegro, con el que convivió bastante después del 25 de abril.

"Personalmente, creo que Otelo es incapaz de tomar parte activa en las acciones terroristas de las que está acusado".

Da Costa Gomes sonríe ampliamente en lugar de responder si es socialista o no. "Tengo ciertos ideales socialistas, y amigos en todos los partidos políticos". Los militares no pueden estar afiliados a ningún partido. El veterano militar considera una "barbaridad" la agresión de cualquier mando a un soldado, reseñando que esto ocurre en todos los ejércitos: "Los golpes no conducen a una mejor instrucción ni dan al recluta una sensación positiva de que es útil a su país". El mariscal opina que estos excesos deben reprimirse.

En la Universidad Internacional de la Paz de Sant Cugat del Vallès, la presencia de Francisco da Costa Gomes ha causado una viva impresión, por la simpatía y amabilidad que derrama a su paso. El general sigue con atención las sesiones académicas, y sólo cerró los ojos apenas unos minutos durante una charla soporífera que provocó largas cabezadas en otros muchos asistentes.

Sencillo y asequible, Da Costa Gomes comenta las conferencias y no pone el más mínimo reparo en dejarse fotografiar junto a quien se lo pide, siempre "para tener un recuerdo suyo, mariscal". No se aloja en ningún lujoso hotel, sino en una de las habitaciones del mismo establecimiento en el que se desarrolla la Universidad Internacional de la Paz, en el Centro Borja, regentado por jesuitas.

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