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Sainz de Robles condiciona la independencia judicial a la dotación de medios a la justicia

El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Federico Carlos Sainz de Robles, reconoció ayer ante la Comisión de Justicia e Interior del Congreso el mal funcionamiento de la Escuela Judicial y de la inspección, hasta ahora dependientes del citado órgano. Sainz de Robles denunció la inexistencia de una política judicial, reclamó el pleno autogobierno de la justicia y condicionó la independencia de ésta a la dotación de los medios necesarios que fije el propio Consejo General. El portavoz del PSOE expresó su discrepancia con este planteamiento.

En su exposición inicial, el presidente del Consejo General argumentó que, a partir de la Constitución, no puede continuar entendiéndose la independencia judicial como la desvinculación del juez respecto a cualquier poder "a la hora de decidir ( ... ), a la hora de dictar sentencia". Aseguró que, por el contrario, tal independencia está condicionada a la provisión por el Gobierno de los medios que determine el Consejo General, al que también corresponde su gestión, en aplicación del principio de separación de los tres poderes del Estado.El portavoz socialista, Javier Sáenz Cosculluela, expresó su preocupación por "la excesiva vinculación entre los medios materiales y la independencia judicial" y recordó que, frente a la estricta separación de poderes, debe prevalecer la coordinación y contrapeso entre los distintos poderes, sin olvidar, dijo, que "el judicial es el único que no procede de la soberanía popular".

Sainz de Robles no contestó a estas objeciones. A preguntas del portavoz del Grupo Popular, José María Ruiz Gallardón, ratificó la opinión favorable a mantener el sistema mayoritario para la elección de 12 vocales del Consejo General. Puntualizó que el Consejo no se opone al acceso de juristas de prestigio a la judicatura, pero siempre mediante la vía única de unas oposiciones reformadas.

En respuesta a otras cuestiones planteadas por los socialistas -tales como el escaso número de sentencias dictadas por algunos jueces, la falta de resultados de la inspección judicial y las cortas semanas dedicadas a la formación de los jueces-, reconoció la poca laboriosidad de algunos magistrados y el deficiente funcionamiento de la inspección y de la Escuela Judicial, a pesar de lo cual insistió en reivindicar, como "competencia exclusiva del Consejo", la selección, formación y perfeccionamiento de los jueces.

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