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Fuerte descenso durante 1983 en las detenciones de terroristas realizadas por la Brigada Central

Los servicios policiales realizados por la Brigada Central de Información, unidad de elite en la lucha antiterrorista, han disminuido ostensiblemente a lo largo de 1983, en comparación con años anteriores. Según el balance anual realizado por esta unidad, de las 99 detenciones practicadas durante 1982 a personas presuntamente relacionadas con ETA Militar se ha pasado a sólo 15 el pasado año. La Brigada Central de Información, con sede en Madrid, está dirigida por el comisario José María Escudero, y está integrada por cerca de 130 funcionarios, repartidos en siete grupos operativos.

El balance, entregado ya al director general de la Policía, Rafael del Río, recoge los servicios realizados por esta unidad a lo largo de 1983, que en total han sido 12 (cuatro contra ETApm, tres contra ETAm, tres contra los GRAPO y dos; contra los Comandos Autónomos Anticapitalistas), con un total de 47 detenciones (en 1982 se produjeron 190). Como consecuencia de estos 12 servicios policiales, fueron aprehendidos 4 subfusiles, 10 pistolas y revólveres, 7 armas largas de fuego y 6 granadas.Estas cifras de incautaciones han bajado también en grandes proporciones respecto a años anteriores. En 1982, según datos de la propia brigada, sólo a las tres organizaciones armadas vascas (las dos ramas de ETA y los CAA) se les; intervinieron 28 pistolas y revólveres, 14 metralletas, 17 granadas, 6 granadas anticarro, 3 rifies, 6 fusiles de asalto, un lanzagranadas y 370 escopetas.

La disminución de servicios, detenciones, e intervención de armamentos durante 1983 (no se produjo ninguno contra la extrema derecha) se debe, a juicio de diferentes fuentes, tanto de la policía como de la Audiencia Nacional, consultadas al respecto, a la remodelación a que fueron sometidos los servicios antiterroristas españoles con la llegada de Rafael del Río a la Dirección General de la Policía, que supuso la destitución del comisario general de Información, Manuel Ballesteros; la sustitución del entonces jefe de la Brigada Central de Información, Joaquín de Domingo Martorell, y el traslado a otros departamentos de los principales especialistas operativos en la lucha antiterrorista.

Las citadas fuentes señalaron que esta operación de recambio ha alterado considerablemente el programa policial antiterrorista proyectado por el equipo del anterior ministro del Interior, Juan José Rosón, y que situaba el proceso policial contra ETA en combatir su infraestrura informativa y logística para proceder posteriormente a la captura de los comandos armados.

Sin embargo, las citadas fuentes indicaron que la disminución operativa de la Brigada Central de Información ha sido cubierta "con resultados satisfactorios por los servicios antiterroristas de la Guardia Civil", que, sólo en lo que va de año, han detenido ya, entre supuestos miembros de ETAm y de ETApm-VIII Asamblea, a un total de 19 personas, todas ellas a raíz de la operación de Tolosa, iniciada el pasado 19 de enero.

Observadores policiales imparciales señalaron que,, mientras en el Cuerpo Superior de Policía existen desunión y enfrentamientos entre los principales especialistas antiterroristas y no se induce a la unidad por parte del mando, en la Guardia Civil se funciona de forma cohesionada y disciplinada, todo ello "apoyado por el buen entendimiento y unidad de criterios existentes entre el director general del instituto, José Antonio Sáenz de Santa María, y su jefe de Estado Mayor, Andrés Casinello".

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Los servicios antiterroristas de la policía los dirige el comisario Jesús Martínez, de 42 años, ex comisario jefe de Guipúzcoa y anterior responsable de la Brigada Regional de Información. Martínez, desde su despacho en la Puerta del Sol, planifica la actuación policial, cuya operatividad corresponde a las diferentes brigadas, entre ellas la Central de Información.

El responsable de ésta es el comisario José María Escudero Tejeda, uno de los policías más polémicos, especialmente a raíz de las acusaciones efectuadas por el confidente Joaquín Gambín, quien confesó que este comisario le ordenó participar, como infiltrado, en el atentado contra la sala de fiestas barcelonesa Scala, hecho ocurrido en enero de 1978 y a consecuencia del cual fallecieron cuatro trabajadores.

Escudero, de 39 años, procede de la desaparecida Brigada Político Social, y formaba parte, junto con el inspector Luis Antonio Fernández Pacheco, Billy el Niño, de 37 años, del equipo de máxima confianza del comisario Roberto Conesa, el antecesor de Ballesteros al frente de la lucha antiterrorista. Escudero fue nombrado por Del Río, a cuyas órdenes estuvo en Barcelona al frente de la Brigada Regional del Información.

La anterior dirección antiterrorista, constituida por los comisarios Ballesteros y Martorell, y la actual, compuesta por los también comisarios Martínez y Escudero, mantienen tensas relaciones, sobre todo a raíz de la frustrada operación del barrio del Pilar, de Madrid, "servicio que entregó Ballesteros a los hombres de Escudero y que éstos malograron", según fuentes policiales.

Dirigentes de los dos principales sindicatos de la policía coinciden al estimar que el origen del enfrentamiento de los dos equipos antiterroristas fue aprovechado, coincidiendo con unas declaraciones de Ballesteros que no gustaron al Gobierno, por "algún alto mando policial interesado en defenestrarle para ganarse la confianza de los nuevos dirigentes socialistas".

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