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Atletismo

La asamblea de la federación critica los Campeonatos Iberoamericanos

Los Campeonatos Iberoamericanos, celebrados el pasado mes de septiembre en Barcelona, fueron el centro de las críticas de los miembros de la asamblea de la Federación Española de Atletismo, que se desarrolló ayer en Madrid. Las críticas comenzaron cuando se traslució que había dejado un déficit de cinco millones de pesetas, de los 29 con que se cerró el ejercicio de 1983. Los temas económicos centraron la atención de la asamblea. Este año contará con 386 millones, cuya distribución ya viene regulada por el Consejo Superior de Deportes (CSD).De "fracaso" y "desastre" fueron calificados los Campeonatos Iberoamericanos. Guillermo Ros, presidente de la federación de Barcelona, reconoció que les "habían largado un muerto", y Emilio Cea, tesorero de la federación española, manifestó que "había que haberlos suspendido" y explicó que el déficit fue debido a que "hubo que llevar a todos los mejores atletas españoles para salvar la competición".

El presidente de la federación, Juan Manuel de Hoz, tuvo que alegar "motivaciones políticas" para salir airoso: "El Gobierno aconseja mejorar relaciones con los países suramericanos; el mismo Rey me dijo la semana pasada que había que reforzarlas, lo conseguimos y luego todas las ayudas prometidas se olvidan".

En cuanto a los temas económicos, el presupuesto de 298 millones de pesetas concedidos a la federación el año pasado se vio aumentado a 341 merced a ingresos propios. En los tres grandes apartados se destinaron 46 millones a gastos generales (había presupuestados 41 y este año, según la normativa del CSD tendrá que destinar 39), 163 a actividades ordinarias y 157 a la alta competición (estaban presupuestados 138 y este año sólo podrán gastarse 145).

La asamblea se lamentó de que la alta competición fuera el único apartado que no experimentara recortes durante el año a la hora de ajustar gastos y de que a los 37 millones de pesetas previstos para pagar a los atletas hubiera habido que sumar ocho más. El director técnico, Carlos Gil, explicó que la desviación había sido debida "a los numerosos éxitos, que superaron las previsiones más optimistas". La cantidad que hubo que aumentar para recompensar estos éxitos aún no sido percibida por los atletas.

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