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Rodolf Sirera estrena en Barcelona una obra sobre la leyenda del 'comte' Arnau

La obra teatral Arnau (en catalán), del escritor valenciano Rodolf Sirera, director de los teatros de la Diputación de Valencia, se estrenará hoy en Barcelona y será el primero de los 11 espectáculos que integran el ciclo Teatre obert, que patrocina el Centre Dramàtic de la Generalitat de Cataluña. Sirera señala que en su texto ha acentuado los trazos perversos que hay en la leyenda catalana del comte Arnau, en la que está basada la obra. "El comte Arnau", señala, "es la encarnación del mal, pero en el sentido más primitivo de la maldad. Desde el punto de vista de que no se puede ser malo a medias, se es malo del todo, y ello supone una virtud".Esta visión nietzscheana del mal está, pues, en el fondo de la obra de Sirera, de la que se representará el montaje dirigido por Esteve Grasset sobre un proyecto del grupo valenciano Arc de Teatre, que dirige Antonio Tordera. La obra de Sirera, que se estrenó hace un año en la sala Escalante, de Valencia, obtuvo en 1981 el Premio Ignasi Iglesias de la Diputación de Barcelona, y el proyecto de montaje fue premiado al año siguiente por la Diputación de Valencia.

"Se trata", indica Sirera, "de una obra marginal en mi producción, por el tema que trata, tan alejado de los que me son habituales. La escribí hace ya bastante tiempo, en 1978, por encargo de Nuria Espert, que deseaba desarrollar dramáticamente el mito del comte Arnau, muy enraizado en la tradición y el folklore catalán".

"Yo me inspiré en el poema El comte Arnau, de Josep Maria de Sagarra, para construir a partir de él una obra de teatro. Sin embargo, Nuria no lo pudo montar, porque a los pocos meses fue nombrada directora del Centro Dramático Nacional. La obra siguió su curso, ganó el Premio Ignasi Iglesias y, al ser una de las pocas que me quedaban inéditas, el grupo Arc de Teatre elaboró el proyecto de montaje". El texto aparecerá pronto editado por el Instituto de Teatro de Barcelona.

Esta versión no es exactamente la que el autor había concebido. "Es en realidad una lectura muy libre de la propuesta teatral que yo planteaba. Es muy diferente en el campo de las imágenes. El texto original estaba concebido como un gran espectáculo, y este montaje es una verdadera recreación, pero muy interesante. Se puede decir que es como una gran sinfonía interpretada por una orquesta de cániara".

Pese a que el tema está bastante alejado de las obras habituales de Sirera, éste señala que contiene elementos muy atractivos. "Es una historia casi vampírica, de magia negra, con trazos diabólicos. Es en cierto modo como una obra religiosa, pero al revés, a partir de la religión del mal".

Sirera está bastante satisfecho del texto, que ha vuelto a releer hace poco con motivo de la edición que está próxima a aparecer. "Me ha gustado bastante, a pesar del tiempo transcurrido y de lo crítico que soy con mis obras".

Aunque la obra fue encargada por Núria Espert, parece difícil que ésta se decida a montarla, al menos a corto plazo. "Lo cierto es que no hemos vuelto a hablar del tema y que a las dificultades que entraña la obra en sí hay que sumar la necesidad de un oponente adecuado para Núria".

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