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Vivas polémicas entre los lideres del PCI socavan la unidad del primer partido comunista europeo

Juan Arias

Qué está pasando en el Partido Comunista Italiano (PCI), el más importante de los partidos comunistas europeos, es la pregunta que se hacen no pocos observadores después de las polémicas que se ha abierto en los últimos días entre sus más altos dirigentes.

Dos han sido los aldabonazos: un artículo de Giorgio Napolitano en L'Unita, el órgano oficial del partido, contestando la línea del secretario, Enrico Berlinguer, y pidiendo que su partido cambie la línea de oposición frente a la novedad de la presidencia socialista; y un artículo no publicado en L'Unita, que llevaba la firma del dirigente prosoviético Armando Cossutta y que ha creado un caos dentro del comité central, que concluyó su reunión el martes a las tantas de la noche.El artículo de Cossutta era tan grave que el diario se negó a publicarlo sin que antes tomara una decisión la dirección del partido, que a su vez lo remitió al comité central. El presidente de turno, Gianni Cervetti, presentó el caso Cossutta diciendo que su artículo no había sido publicado porque constituía "un ataque a la línea del partido y un desconocimiento de los esfuerzos de éste en una cuestión esencial como es la lucha a favor de la paz".

Cossutta criticaba la línea del partido que atribuye idéntica responsabilidad en el problema del rearme atómico a EE UU y la URSS. Según Cossutta, esto es injusto porque Moscú no tiene más remedio que tomar drásticas medidas de seguridad desde el momento, dijo, en que Washington ha colocado ya nuevos misiles nucleares en Europa.

Y por lo que se refiere a la decisión de censurar su artículo, Cossutta afirmó que se trata de un gesto "inédito" que acarreará graves consecuencias.

Por otra parte, la polémica tesis planteada contra Berlinguer por Giorgio Napolitano, jefe de los diputados comunistas en el Parlamento, de que se replantee el tema de la oposición que un partido como el suyo debería hacer a un Gobierno presidido por un socialista ha estado también latente en el debate.

Las tendencias que hoy se ad vierten dentro del partido de Berlinguer son tres: la del secretario, que es aún mayoritaria y que insiste en una oposición dura al Gobierno Craxi, en la línea de la alternativa de izquierdas, pero con un ojo siempre: puesto en su viejo amor a la Democracia Cristiana; la de Cossutta, claramente prosoviética y que acusa al partido de no ser ya comunista y de haber perdido sus raíces históricas; y la de Napolitano, heredero de Giorgo Amendola, que persigue una colaboración privilegiada con los socialistas.

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