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Entrevista:

Qian Qichen: "La amenaza militar soviética dificulta nuestras relaciones con la URSS"

Qian Qichen, viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular China, es uno de los más brillantes diplomáticos del régimen y tiene a su cargo las difíciles negociaciones con la Unión Soviética. Qían, de 54 años -muy joven para la gerontocracia china-, recibió al enviado especial de EL PAIS en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín.

Pregunta. ¿Cuál es el estado actual de las relaciones entre la República Popular China y la Unión Soviética?

Respuesta. Acabamos de terminar aquí la tercera ronda de negociaciones y la próxima está prevista para marzo del año que viene, en Moscú. Estamos buscando la fórmula de superar los obstáculos entre nuestros dos países, que tienen una frontera común de más de 7.000 kilómetros. Nuestras relaciones deben relanzarse sobre la base de los cinco principios de la coexistencia pacífica..

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P. ¿Qué obstáculos impiden unas mejores relaciones entre Pekín y Moscú desde su punto de vista?

R. Esencialmente, las amenazas militares que ejerce la URSS sobre nuestro territorio desde el Norte, el Oeste y el Sur. En el Norte, los soviéticos tienen acantonadas gran cantidad de tropas en la frontera y en la República Popular de Mongolia. En el Oeste, la URSS ha agredido y ocupado militarmente Afganistán. Y en el Sur, Moscú ha apoyado a Vietnam en su invasión y ocupación de Camboya y en sus acciones militares provocativas en nuestra frontera. La URSS está, por tanto, ejerciendo presiones militares, directas e indirectas, sobre nosotros, y China no puede dejar de preocuparse por su propia seguridad.

P. ¿Qué opina del anunciado despliegue de misiles norteamericanos en Europa antes de finales del presente año?

R. La postura china es la siguiente: nosotros nos oponemos a la carrera armamentista que han emprendido la Unión Soviética y Estados Unidos. Por tanto, consideramos que las armas nucleares instaladas por las dos superpotencias en diversas partes del mundo, incluida Europa, y los misiles de alcance medio que se van a emplazar próximamente constituyen una verdadera amenaza para la paz mundial.

P. ¿No cree que el apoyo que presta Pekín a un régimen como el de los jemeres rojos de Camboya, acusado internacionalmente de genocidio, perjudica la imagen de China en el mundo?

R. En primer lugar, quiero dejar claro que lo que China defiende en Camboya no es a ninguna facción, sino un principio que debe regir las relaciones internacionales: que ningún país tiene derecho a invadir a otro. Nosotros apoyamos la existencia de una Camboya neutral y no alineada y nos pronunciamos por dejar al pueblo de esa nación resolver sus propios problemas sin la ocupación militar extranjera. El actual Gobierno de coalición, que agrupa a tres facciones del movimiento de resistencia, es la fuerza real que se opone a los invasores vietnamitas. China respalda a ese movimiento, que ha ganado la simpatía de la mayor parte del mundo, como se demostrá en la ONU.

P. ¿En qué estado se encuentran las negociaciones entre China y el Reino Unido sobre Hong Kong?

R. Estamos actualmente en la quinta ronda de conversaciones. Pero para nosotros no se negocia la soberanía de Hong Kong, que es parte integrante de nuestro país. Sobre eso no hay dudas. Lo que discutimos ahora son las medidas que se deben tomar durante el período de transición, desde ahora hasta 1997, y los medios necesarios para garantizar la prosperidad económica de Hong Kong una vez recuperado.

P. Se hablaba de que Londres pretende mantener la administración de la colonia, aunque devuelva la íoberanía a China, ¿cree usted que es aceptable esta posibilidad?

R. Eso es inaceptable para nosotros; la soberanía y la administración van unidas. Lo que sí estamos dispuestos es a adoptar una política especial para esta zona, que gozará de una gran autonomía, pero no podemos aceptar que el Reino Unido continúe mandando allí.

P. Por último, ¿cuál es el estado de las relaciones entre la República Popular China y España?

R. En los 10 años que llevamos de relaciones bilaterales, éstas han tenido un desarrollo satisfactorio. El intercambio comercial y económico también ha crecido y seguirá un ritmo acelerado. Se han realizado visitas, entre ellas las de los reyes de España a China, en 1978. Pero, en conjunto, aún existe una gran potencialidad de intercambios y amplias perspectivas para ello. En el plano internacional, tenemos muchos puntos de, vista comunes y podemos apoyarnos mutuamente. La visita del ministro español de Exteriores, Fernando Morán, servirá para ampliar las relaciones bilaterales.

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