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Condena generalizada contra EEUU por invadir Granada

Cuba rechazó dos peticiones de ayuda del régimen militar granadino

El presidente cubano, Fidel Castro, reveló ayer que había rechazado dos peticiones de ayuda enviadas por la Junta Militar de Granada y que había propuesto a Estados Unidos, varios días atrás, establecer contactos para resolver, sin recurrir a la violencia, los problemas de la isla. Castro calificó de "absurda" y "enorme error" la invasión norteamericana, y afirmó que los cubanos que estaban en Granada habían recibido orden de resistir si eran atacados, pero que era inútil enviar refuerzos desde La Habana.Castro afirmó ante los periodistas extranjeros acreditados en La Habana que había unos 700 cubanos en Granada, de los que 50 eran consejeros militares y 550 trabajaban en la construcción del nuevo aeropuerto, y que el resto eran médicos, profesores y técnicos. Señaló que los cubanos que resistían a los marines estaban equipados con armas ligeras y disponían de 300 balas por hombre.

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Dijo que estos hombres tenían orden de resistir si eran atacados y que no se iban a rendir, por lo que pedía a Estados Unidos que interrumpiese los ataques contra ellos y las fuerzas de Granada, ya que, en caso contrario, "la única alternativa era el exterminio", y eso constituiría "una victoria pírrica, equivalente a una desastrosa derrota moral para Estados Unidos".

El dirigente cubano manifestó que las autoridades de La Habana dirigieron el día 22 un mensaje a la sección de intereses norteamericanos en la capital cubana en el que proponía contactos para cooperar en garantizar la seguridad de los ciudadanos extranjeros en Granada. La contestación llegó el día 26, hora y media después del comienzo de la invasión.

El dirigente cubano dijo también que los cubanos fueron atacados sin previo aviso y que Washington había lamentado estos enfrentamientos y los atribuía a "confusión" o "accidentes".

Castro tuvo palabras críticas hacia el régimen militar que derrocó al primer ministro Maurice Bishop y calificó de "sumamente frías" las relaciones con los nuevos gobernantes de la isla caribeña, que "habían creado una situación desventajosa y difícil al proceso revolucionario en el terreno militar y político".

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