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56 años cine hablado

Este 23 de octubre se han cumplido, exactamente, 56 años de aquel momento en el que el actor y cantante Al Jolson, con el rostro pintado de negro, se dirigió a los espectadores del neoyorquino Warner Theatre, desde la pantalla de proyección, con estas palabras: "You ain't heard nothin' yet" ("Todavía no han oído nada"). El cine hablado acababa de nacer.Aquél 23 de octubre de 1927es sin duda uno de los principales hitos de la cultura contemporánea. Al menos, de la parte de esa cultura que está irremediablemente unida a la expresión fílmica. Son muchas las evoluciones que experimenta posteriormente la técnica cinematográfica: la llegada del color, ampliaciones de las pantallas, imágenes tridimensionales, etcétera; pero no son, en definitiva, sino variaciones sobre el mismo tema, el iniciado en la ocasión citada por un cantante judío ortodoxo nacido en San Petersburgo, en la Rusia zarista, 41 años antes, cuyo nombre es Asa Yoelson.

El cine hablado, como tantas otras invenciones fundamentales en la historia humana, se abre paso a hurtadillas en cierto modo, ya que, al principio, la mayor parte de críticos y cineastas acogen, con indiferencia la llegada de lo que se les antoja un nuevo gadget. Pero la reacción popular se encarga de darle al gadget su verdadera dimensión: en menos de dos años más de 5.000 salas de cine en todo el país estaban ya equipadas con sistema de sonido. La reacción es igualmente entusiástica en el resto del mundo.

El público se encarga incluso de rebautizar el invento, que pasa de movies a talkies (de movidas a habladas). Millones de personas se agolpan en la oscuridad del cinematógrafo para ver y oír a sus actores y actrices favoritos. En 1930 enormes paneles propagandísticos distribuios por todo Estados Unidos anuncian: Greta Talks. Y la voz rasposa de la Divina, con su exótico acento sueco, encanta a las multitudes que acuden a verla en Anna Christie.

Sin embargo, para otros actores y actrices la llegada de los talkies no significó el mismo éxito. Para algunos, como para el galán de la época, John Gilbert, significó incluso un pasaje para el olvido: su voz, demasiado chillona, no se correspondía con su varonil fotogenia. A partir de este momento se acabaron los días de gloria de los actores a cuya fotogenia no acompaña la nueva cualidad indispensable: una voz adecuada.

Es importante hacer la distinción entre el cinesonoro, que es anterior a The jazz singer, y el hablado. Al Jolson es, en dicha película, el primer actor que habla y canta en la historia. Pero El cantor de 'jazz' no es la primera película sonora, ya que el sonido había sido utilizado anteriormente en experimentos que no consiguieron conmover al público. En efecto, el 6 de agosto de 1926 se estrena Don Juan, interpretada por otro galán de gran éxito en la época, John Barrymore. A la película, originalmente muda, se le adapta durante el rodaje una banda musical. Es asimismo una producción de la Warner, y es la que anima a la productora, entonces al borde de la bancarrota, a invertir sus últimos dólares en el siguiente pasó adelante, The jazz singer.

Esta película que costará medio millón de dólares, produce tres millones de dólares el primer año de su exhibición. En 1928, otra película de Al Jolson, The singing fool (El loco cantante), recauda, cinco millones, batiendo el récord establecido durante la anterior etapa por la muda Ben-Hur. La carrera de Jolson, sin embargo, se eclipsa rápidamente.

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