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A Luns le preocupa lo que pueda pasar antes del despliegue de los euromisiles

Andrés Ortega

ENVIADO ESPECIALEl secretario general de la OTAN, Joseph Luns, está menos preocupado por lo que pasará en el seno de la Alianza después de que comience, en diciembre, el despliegue de los euromisiles que por lo que vaya a ocurrir de aquí a entonces, según manifestó ayer en una conferencia de prensa al margen de la reunión de otoño de la Asamblea del Atlántico Norte. Para Luns, que terminó sus palabras con un tajante "Ha hablado el guru", con el inicio del despliegue comenzará la restauración de la credibilidad en la OTAN.

Luns recordó que la OTAN retirará 572 cabezas nucleares de Europa cuando instale sus 572 misíles Pershing 2 y de crucero. "La única diferencia estriba en que éstos pueden alcanzar la Unión Sovíética", dijo como si nada. El punto crítico de esta 29ª edición de la Asamblea del Atlántico Norte -foro que reúne a parlamentarios de los 16 países de la OTAN- vendrá hoy con el debate sobre los cohetes y la inusitada presencia entre el público del negociador norteamericano en Ginebra, Paul Nitze. La asamblea votará al final una resolución. Unos quieren que apoye la doble decisión (instalar los euromisles si no hay acuerdo en Ginebra) de 1979, y otros que se retrase el despliegue.

El que este debate se produzca en la capital de los Países Bajos no es baladí. El Gobierno holandés, de coalicíón democrístiana, mantiene aún su reserva al despliegue de 48 misiles de crucero en su terrítorio, y el Parlamento no tomará una decisión en firme hasta el verano de 1984. "Los misiles se han convertido en la prueba de la solidaridad en la OTAN, y dudo de que necesitemos armas para demostrar esta solidaridad", declaró Tom Frinking, líder de la delegación holandesa, vicepresidente de esta asamblea y diputado democristiano.

Holanda, explicó, tiene una densidad de 409 habitantes por kilómetro cuadrado -lo que correspondería a una población de más de 200 millones en España- y, por tanto, existe una creciente inseguridad entre la población ante la idea de dar un objetivo a posibles represalias soviéticas. Holanda gasta lo equivalente a 650.000 millones de pesetas al año en defensa, "y no nos sentirnos seguros. Aquí hay algo equivocado", señaló.

Frinking es también el autor del informe de la asamblea sobre la región sur y sobre España. En su opinión, no se puede cambiar de un año a otro de política exterior. El problema para España no es sólo el de la OTAN, sino la eleccíón de todo un futuro y toda una política exterior. "Cambiar de línea en asuntos de seguridad significaría cambiar de línea económica, y esto no se puede preguntar en un referéndum", comentó a periodistas españoles.

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