Zorrilla presenta en Madrid su primer filme y Almodóvar estrena 'Entre tinieblas'
Hoy se estrenan en Madrid las obras de dos jóvenes cineastas españoles, recientemente exhibidas en festivales internacionales. El arreglo, primera película de José Antonio Zorrilla, fue premiada en la sección de nuevos realizadores del último, festival de San Sebastián, mientras que Entre tinieblas, tercer largometraje profesional de Pedro Almodóvar, fue exhibida en una sección no competitiva del festival de Venecia, obteniendo el aplauso del público y cierta indiferencia de la crítica.
La propuesta del filme de Zorrilla se inscribe en los términos del cine de acción, y más concretamente del género negro. Ello no es casual. Zorrilla se manifiesta decidida mente a favor de ese cine rechazando el de mensaje al que "por imperativos más políticos que artísticos, hemos tenido que resignarnos a lo largo de muchos años". Admirador del cine negro americano, de cuyas fuentes ha be bido -especialmente de la obra maestra de John Huston, El halcón maltés- José Antonio Zorrilla piensa que nuestro país se encuentra en un momento óptimo para crear su propio cine negro: "La nuestra es ya una generación total mente urbana, existe una crisis y, por último, no hay censura". También cree Zorrilla que en nuestro país se dan ya las condiciones objetivas para realizar este tipo de cine: está convencido de que existe un público para el mismo. Un público que pronto va a acostumbrarse -y las anteriores experiencias de José Luis Garci con sus dos Crack lo demuestran- a ver en las películas a policías y detectives que transitan por las calles perfectamente reconocibles de su propia ciudad.
Almodóvar y sus 'monjas'
Pedro Almodávar es más aparentemente frívolo con su trabajo pero la realidad es que su cine es una prolongación de su propia personalidad, y que ésta se ha lanzado al mundo del disco con atributos humorísticos y ciertamente corrosivos: debe respetar tal imagen. Dice, por ejemplo, que Entre tinieblas es una película realizada al estilo de Mad Max 2, es decir, "pensada exclusivamente para ganar dinero y gloria", pero que lo bueno y lo malo de su situación "es que Voy taxi rápido que no tengo tiempo de pensar. Si Entre tinieblas no da duro" probablemente ni me daré cuenta de ello".Ha realizado ya dos largometrajes profesionales (Pepi, Lucy, Bom, y otras chicas del montón que sorprendió, en el panorama español por su risa sobre eternos tabúes morales, y Laberinto de pasiones, que alcanzó menos entusiasmos aunque respondiera a idénticas características). Su filmografía, sin embargo, estaba precedida por varios trabajos en Super 8 milímetros.
El título que hoy estrena es expuesto así por el autor: "Es, una vez más, la historia de una pareja: Julieta Serrano y Cristina Sánchez Pascual. La primera es una madre superiora y la otra una sub-star que canta boleros en un cabaré, licenciada en la creación de híbridos vegetales. La madre superiora está enamorada de la cantante, y la cantante, a su vez, de un chico que murió en extrañas circunstancias. El amor no las redime, como en las fotonovelas, sino al contrario. Sufren mucho. Y el sufrimiento las hace egoístas porque las absorbe por entero. Como dice Genet, 'un amor excesivo revuelve los órganos y todas las profundidades, y lo que sale a la superficie produce náuseas'.
