_
_
_
_
_

El Real Madrid gastó 750 millones de pesetas en los últimos 15 fichajes

La actual crisis del Real Madrid tiene su origen en la política de fichajes de las últimas cinco temporadas, en las que se invirtieron 750 millones de pesetas. En sectores próximos al club se responsabiliza a Luis Martínez Laforgue, vicepresidente, y Luis Molowny, jefe del cuerpo técnico, del resultado de las inversiones. Laforgue asegura que los directivos son "meros ejecutores" de los deseos del cuerpo técnico y del entrenador. En la época de Boskov, Ito fue presentado sin que el técnico yugoslavo le conociese; se trajo a Carcelén cuando se deseaba a Aracil; se fichó a Laurie Cunningham por la intervención directa del ex gerente del club, Antonio Calderón, descartándose al holandés René Van de Kerkohf. Y, para acabar, se prefirió a un defensa holandés, Metgod, en lugar de un extremo izquierda como Woodcook, por el que el Colonia pidió 120 millones de pesetas.

Más información
Las cifras oficiales

"En el Madrid mandan dos luises, y ninguno es De Carlos". Es la frase que personas afines a la entidad pronuncian en voz baja en relación con el vicepresidente del club, Martínez Laforgue, y el responsable técnico, Luis Molowny, el hombre a quien siempre se recurre cuando las cosas van mal y que podría volver como salvador el próximo día 28.

Molowny es un hombre que suele aplicar, con absoluta dedicación, la máxima de "en boca cerrada no entran moscas", aunque en el tema de los fichajes del club suele afirmar que se hacen siempre consultando al entrenador. Y Laforgue se defiende cuando dice que "ésa es una opinión equivocada. Sólo soy el ejecutor de los deseos del cuerpo técnico". Laforgue también es el principal encargado de supervisar y concretar las renovaciones de la plantilla. Curiosamente han sido quince este año, la misma cifra que los fichajes realizados en las últimas cinco temporadas.

De Carlos sólo admite cinco tallos

Queda Luis de Carlos, el presidente, el tercer Luis. Su punto de vista sobre las polémicas inversiones se basa en tres apartados: "de los quince jugadores contratados, siete permanecen aún en la plantilla, tres se encuentran como incógnita en cuanto a su rendimiento, y sólo se prescindió de cinco". Es decir, fracasó una tercera parte. En el primer apartado, De Carlos incluye a Angel, Juan José, Metgod, Bonet, Salguero, Fraile e Ito; en el segundo, los incógnitas, a Julio, Cholo y Lozano; y los fracasos admitidos tienen por nombre a Portugal, Navajas, Carcelén, Acosta y Cunningham, "si bien éste, por circunstancias ajenas a su calidad".

Otra lectura de los quince podría realizarse de muy distinta manera. Angel ha sido el más rentable en cuanto a rendimiento y número de partidos jugados. Paradójicamente es uno de los hombres a quienes más se critica, y el único jugador de la plantilla que se encuentra en calidad de retenido; Juan José y Bonet alcanzaron el año pasado la internacionalidad, por lo que entran en el capítulo de aciertos; el defensa derecho fue a menos y entró en una alarmante baja forma de la que ahora quiere salir, y el central se recupera de una grave lesión; el más caro, Lozano, aún no se ha encontrado en el esquema del equipo, y sus compañeros tampoco le encuentran; el segundo extranjero del club, el holandés Metgod, estuvo en el banquillo frente al Valencia, su posición habitual de defensa libre fue ocupada por Salguero, y la desea el primer extranjero, el alemán Stielike. De los quince, pues, ya no están cinco, y sólo puede hablarse en estos comienzos de temporada de dos titulares fijos: Lozano, el incomprendido, y Bonet, por lo que se le echa de menos; Juan José pelea el puesto con el joven Chendo, Angel con Bernardo y Metgod alterna el césped con el banquillo.

Sobre el futuro del club se barajan dos tesis. La oficial, a través de Luis de Carlos, habla de "enfermo de escasa gravedad", "crisis pasajera" o "estos mismos hombres, más los refuerzos de Lozano y Julio, fueron los que alcanzaron cinco finales". Que perdieron. La segunda, bien distinta; "la plantilla está descompensada", "qué va a pasar cuando no esté Santillana", "no se debía haber ocupado una plaza de extranjero con un defensa libre", "el Madrid está paralítico desde hace muchos tiempo: le falta extremo izquierda" o "no tendría que haberse renovado a Stielike por dos años millonarios conociendo su estado fisico".

Luis de Carlos y Luis Martínez Laforgue remiten a Luis Molowny como primer responsable técnico de los fichajes, siempre "contando con una planificación del entrenador". Al margen de la lectura objetiva de los quince fichajes y su rentabilidad, conviene matizar algunos otros aspectos. Cuando, con Boskov en el banquillo, se propició una renovación del equipo, uno de los hombres contratados fue Carcelén. No ha jugado ningún partido oficial. El técnico yugoslavo, en esas fechas, había expresado su deseo por otro alicantino, Aracil, al parecer más caro que los casi 38 millones de Carcelén.

Lo de Cunningham es otra historia. Boskov había dado una lista de posibles extranjeros útiles, entre los que se encontraban Rummenigge, Keegan, Littbarski y René Van de Kerkohf. Estos dos últimos podrían haber sido asequibles, al menos por cantidad muy similar a la pagada por Laurie Cunningham. Este, que se encontraba a punto de obtener la libertad del West Bromwich Albion, escribió una carta ofreciéndose al Madrid por determinada cantidad. El ex gerente del club, Antonio Calderón, entró de lleno en el asunto y un buen día se le preguntó a Boskov qué le parecía el británico. El entrenador se percató de que el tema prácticamente estaba hecho y no hizo ascos a la contratación, que se cerró entre 110 y 127 millones de pesetas, según las diversas fuentes. Luego sería uno de sus principales defensores.

Con Ito —50 millones— se volvieron a ignorar los intereses de! entrenador. Boskov se enteró del fichaje cuando le presentaron a los padres del chico. Por 65 millones se procedió a la contratación de Metgod, cuando las necesidades del equipo eran bien distintas. "No tenemos extremo zurdo", insistía entonces una y otra vez Boskov. Y lo hacía con un exterior inglés, Woockoock, que figuraba en un equipo alemán, el Colonia. Por 120 millones de pesetas podría haberse acabado la permanente parálisis del equipo. Algunos de los jugadores veteranos de la plantilla podrían hablar del tema. Estaban de acuerdo con el entrenador y eran conscientes de lo que precisaba el equipo. Ahora se están pagando las consecuencias. Lo de Lozano se retrasó en parte Boskov. Decía que era como Solsona, un hombre técnico, con clase, pero al que le faltaba garra, espíritu de lucha. Se le ha fichado este año por 200 millones.

Hay más. Se asegura que en su momento el cuerpo técnico descartó a Urbano, Maceda y Valdano, cuando todavía no eran conocidos. A alguno de ellos se le intentó fichar luego. Ya eran demasiado caros. De Acosta, Martínez Laforgue asegura que fue Di Stéfano su principal defensor. El entrenador le utilizó 45 minutos, y fuera del Bernabéu, antes de que el club, que se había gastado veinte millones de pesetas, se desprendiera de él. También se sondeó, discretamente, la posibilidad de fichar a Maradona, y se descartó porque el argentino pedía 67 millones de pesetas anuales, lo que podría crear tensión en la plantilla. Ni el cuerpo técnico ni los entrenadores del club, desde Molowny a Boskov, intuyeron las posibilidades de un tal Rincón, traspasado al Betis como petardo y recibido en el equipo andaluz como tal. Fue el máximo goleador de la Liga la temporada anterior. A Señor, hoy cerebro internacional, se le descartó por bajito.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_